Una de las tareas más complejas y a la vez necesaria para los vecinos es la retirada de los coches que han quedado atrapados en los garajes subterráneos. Una vez achicada el agua que ha estado durante dos semanas anegando su interior, con el peligro que supone para la estuctura de los edificios, se ve a los bomberos de la Isla abrirse paso con una radial para retirar las puertas automáticas que han quedado totalmente deformadas por la fuerza del agua.
Entonces se disponen a bajar para empezar con su tarea. Se ayudan de una pequeña máquina excavadora, la única que por sus dimensiones cabe en el interior del garaje, para empezar a mover los coches y situarlos de manera que puedan remolcarse por la rampa hasta llegar al exterior. El trabajo es complicado porque el espacio para moverse es reducido, sin apenas luz y claustrofóbico.
Una vez situado cada coche en posición, se le colocan cintas y cadenas con los que poder tirar de él hasta la calle. Una vez fuera, estos vehículos no tienen más remedio que ser destinados al desguace. Se calcula que uno de cada cinco coches de los municipios afectados han quedado inutilizados.
Los bomberos menorquines también han compartido imágenes de cómo se han encontrado las calles dos semanas después de la DANA, incluidos los polígonos industriales donde la mayoría de las empresas todavía no ha podido recobrar su actividad.
El contingente menorquín está formado entre otros profesionales por ocho bomberos del parque insular, que se han desplazado a Valencia en dos turnos. El primer grupo tiene previsto regresar ya este martes y el segundo que llegó más tarde estará allí hasta el sábado.
Se han desplazado con dos vehículos ligeros, dos camiones autobomba y material suficiente para poder trabajar de forma independiente en las localidades de Aldaia y Paiporta. El nuevo contingente balear que ha partido de las Islas esta semana ayudará en las localidades de Lloc de Nou de la Corona, Sedaví y Benetússer.
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