La implantación del nuevo sistema de recogida de basura puerta a puerta en barriadas de grandes bloques de pisos como Avinguda Menorca (en la imagen) está dando muchos quebraderos de cabeza a los responsables del Ayuntamiento de Maó y del Consorci de Residus i Energia, que todavía no han dado con una solución viable y satisfactoria.  | Katerina Pu

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El contrato del servicio de recogida de basura puerta a puerta no da margen al Ayuntamiento de Maó para introducir soluciones alternativas al modelo de los cubos multifracción en los barrios más poblados del municipio. El calendario de implantación progresiva del nuevo sistema se encalló hace meses, cuando llegó el momento de ponerlo en marcha en las zonas con grandes bloques de pisos como Avinguda Menorca, Andrea Doria, Fort de l’Eau, Vives Llull o Borja Moll, en las que se ha venido planteando la opción de recoger los residuos mediante las llamadas áreas de aportación, recintos cerrados de contenedores como los que se usan para dar servicio a las casas diseminadas del término municipal. Sin embargo, el Consorci de Residus i Energia de Menorca ha analizado esa posibilidad y la ve jurídicamente inviable.

No en vano, una de las empresas que se presentó al concurso para adjudicar el servicio, del que finalmente se ha hecho cargo FCC Medio Ambiente SA, propuso en su oferta descartada precisamente la solución de las áreas de aportación. Adoptarla ahora supondría incurrir en una modificación de las condiciones que puede derivar en una reclamación. La única alternativa que se dibuja en estos momentos es aceptar el sistema de recogida calendarizada de cubos, siempre que no se quiera dar el paso de renunciar a la continuidad del contrato.

Con los plazos de implantación más que incumplidos, urge encontrar una solución para las zonas más problemáticas de la ciudad de Llevant. El Consorci de Residus, titular del contrato, apremia al Consistorio para que se decida. Y desde el Ayuntamiento han hecho llegar al ente mancomunado comandado por el Consell una petición formal de información para conocer por escrito las posibilidades que hay de adecuar el contrato, siempre con el objetivo de intentar evitar la implantación del sistema de cubos multifracción.

Incluso se ha tanteado cuáles serían las consecuencias de echar atrás el acuerdo contractual. Tomar esa decisión supondría por lo pronto una elevada compensación a la empresa, pero además provocaría una más que probable demanda de la adjudicataria, que querría recuperar las inversiones realizadas. Por otro lado hay que tener en cuenta que esa marcha atrás lo sería de todo el nuevo sistema de recogida, no solamente en las zonas donde todavía no se ha implantado el puerta a puerta, sino también en el resto de Maó, así como en Es Castell. Cabe recordar que se trata de una contratación conjunta para los dos municipios con vigencia hasta el año 2030.

El poco margen de maniobra que da el contrato se evidencia en otros intentos frustrados de adaptarlo a la realidad de los barrios más poblados. Se ha tratado de exceptuar el vidrio del sistema de cubos, al entender que el tráfico de camiones por la zona en horario de mañana puede generar problemas de circulación. Ni eso ha sido posible ya que el acuerdo es taxativo cuando estipula que se debe llevar a cabo la recogida con el modelo de cubos, sin excepción, para las cinco fracciones de residuos.

Más dudas

La situación es muy compleja. El tiempo va pasando sin que se tome una decisión y la empresa, mientras tanto, continúa cobrando la totalidad del coste del nuevo sistema pese a que no se ha llegado a implementar    en aproximadamente la mitad del municipio. Dos años y medio después de la entrada en vigor del contrato las dudas sobre su despliegue siguen siendo muchas y parece que, en vez de ir despejándose, aumentan.

El puerta a puerta, que se ha visto rodeado de una gran polémica, ha venido demostrando ser más que eficaz a la hora de lograr los objetivos marcados de separación en origen. La UE obligaba a llegar al 50 por ciento de separación en 2020, un porcentaje creciente cuyo incumplimiento va a derivar en multas para los ayuntamientos. Con el viejo sistema de contenedores apenas se supera el 20 por ciento y el nuevo, ya con el ejemplo de Es Castell en la mano, permite llegar al 70 por ciento.

El apunte

El resto de calles se sumarán al nuevo modelo de recogida en el mes de marzo

Estaba previsto para febrero, pero finalmente será en el mes de marzo. Es la nueva previsión que manejan desde el Ayuntamiento de Maó y el Consorci de Residus i Energia para la implantación del puerta a puerta en todas aquellas calles pendientes en las que no exista una gran concentración de bloques de pisos y predominen los edificios con pocos vecinos y las viviendas unifamiliares. En breve se dará el detalle calle por calle de los próximos vecinos que se sumarán al nuevo modelo de recogida de residuos. Para hacerse una idea, el mapa de la nueva fase de implantación se puede resumir localizando las zonas en las que no llegará por el momento: Fort de l’Eau, Andrea Doria, Borja Moll (y sus calles perpendiculares hasta Av. Francesc de Femenias), zona de Avinguda Menorca, barrio de Ses Vinyes, incluyendo Vives Llull, calle Ciutadella (a la altura de la oficina de Correos) y Josep Maria Quadrado. Para el resto deben empezar próximamente las campañas informativas y la entrega de los materiales, el cubo multifracción y el calendario de recogida, entre otros.