Alberto Vela, Eduardo Robsy, Joan Mesquida y Enric Taltavull durante la mesa redonda. | Katerina Pu

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Dos políticos, Eduardo Robsy (PSOE) y Joan Mesquida (PP), y dos profesionales que trabajan con la vivienda, el notario Alberto Vela y el arquitecto Enric Taltavull, pusieron sobre la mesa de debate organizada por la Fundació Rubió sus ideas y propuestas para resolver la crisis habitacional que vive Menorca. Desde su rol imprescindible en la compra-venta de inmuebles, el notario Alberto Vela aseguró que medidas como las líneas de avales públicos para acceder a una hipoteca, dirigidas a jóvenes, así como las rebajas fiscales (la eliminación del Impuesto de Transmisión Patrimonial), «funcionan» para facilitar el acceso a la compra de vivienda pero, añadió, «muchos bancos aquí en Menorca no quieren entrar» y al final «todo se centraliza en dos o tres entidades».

El aval es imprescindible para reunir la ‘entrada’ del piso porque los bancos, como norma general, no financian más del 80 por ciento del valor de tasación, «o tienes dinero ahorrado o estás fuera del mercado de compra-venta, eso es un hecho», sentenció el notario.

Contrato de usufructo

Alberto Vela también expuso una medida que ya se aplica en el País Vasco, que es la cesión a la Administración del usufructo temporal, por seis años, de la vivienda a cambio de un precio tasado, de modo que el dueño cobra sin problemas –independientemente de que haya o no inquilinos–, y se incrementa el parque de vivienda asequible. «La intermediación y las garantías están bien pero esta medida es imaginativa», dijo.Se trata del programa Bizigune, que busca dar un uso social a las viviendas deshabitadas y que en 2023 logró tener 7.300 pisos adheridos.

Por último, el fedatario público consideró que hay un desequilibrio «total» en el alquiler, con dificultades como por ejemplo la inquiokupación. «Si reforzamos la posición del propietario y le aseguramos de que, en caso de que no se cumpla el contrato va a tener un lanzamiento rápido, a lo mejor no hará alquiler turístico aunque se gane más sino que, por comodidad, preferirá el alquiler habitual», concluyó.

«La vivienda es un mercado, pero uno de los más regulados»

El notario Alberto Vela apuntó que en efecto y «aunque pese» la vivienda es un mercado, pero no libre, sino «uno de los más regulados que existen», hasta el punto de que, en su experiencia profesional, le parece que «el derecho que transmito es humo» porque interviene tanto la Administración que «alguien compra una casa y no sabe lo que puede hacer». El fedatario aseguró que en su despacho «padece» las leyes urbanísticas, «es un sector público que ha ido legislando y ya ni un técnico sabe lo que tiene que aplicar», añadió. Vela denominó «microautoridades, que no pueden seguir así», a algunos técnicos –puso el ejemplo del Ayuntamiento de Maó–, que plantean exigencias no amparadas en la normativa, por ejemplo, para procesos de división horizontal.

Vela cree que limitar los precios del alquiler provoca desabastecimiento de vivienda y un mercado sumergido, y es más partidario de desregularizar para que crezca la oferta y, como consecuencia, bajen los precios. «Políticos dejad de meter mano», dijo en tono irónico, «a lo mejor no hacer nada es mejor que hacer algo».

Taltavull apunta la transformación del sector hacia la prefabricación

El arquitecto Enric Taltavull recordó el «incremento brutal de los costes» que ha afectado al sector de la construcción, que afronta otros problemas como la falta de mano de obra y subidas salariales, todo ello repercutiendo en los precios de la vivienda. El arquitecto cree que tendrá que evolucionar, acorde con Europa, hacia la prefabricación, que ahora en España es mínima.

«Ahora es un trabajo puramente artesanal, con mucha mano de obra y tiempo largos de ejecución, habrá que ir hacia procesos de prefabricación», señaló, «para reducir plazos y costes». El conseller Robsy coincidió con Taltavull en la necesidad de transformación del sector porque, afirmó, «se ha perdido capacidad productiva, hay que evolucionar hacia industrializar la construcción».

El apunte

Solo el 13% de cliente local en una de las inmobiliarias líderes

Los compradores menorquines apenas representan el 13 por ciento de quienes adquieren viviendas a través de uno de los grupos inmobiliarios líderes del sector en la Isla, Bonnin Sansó, dentro de una cuota de mercado nacional que supuso el 65 por ciento de las operaciones en 2024. Un 52 por ciento de los clientes nacionales procedía de otras comunidades autónomas. La clientela internacional tuvo un peso fuerte, del 35 por ciento, con franceses y británicos como principales compradores, seguidos de alemanes, italianos y otras nacionalidades.   

El grupo cerró un ejercicio exitoso, con 345 operaciones intermediadas y una cifra de negocio total de más de 90 millones de euros, lo que supone un aumento del 13 por ciento en relación a 2023. Según su balance, el año pasado convirtió en venta una de cada trece visitas realizadas a los inmuebles que tiene en cartera, y en su página web recibió más de 5 millones de visitas durante todo el año.

En cuanto al importe de las operaciones, el grueso de las mismas, cerca del 67 por ciento, estuvieron por debajo de los 300.000 euros, mientras que el 33 por ciento restante se situó por encima de dicha cantidad. Casi un 16 por ciento se firmó por valores entre los 300.000 y los 500.000 euros, y en el segmento más alto, el que supera el medio millón de euros, se registraron el 17 por ciento de las compra-ventas. Los inmuebles que más se venden son apartamentos (50,6 por ciento), junto con los chalés (16,3 por ciento) y las casas/edificio (12,2 por ciento). En porcentajes inferiores se mueven los solares, los garajes y parkings, y los locales y naves. Un 2 por ciento corresponden a fincas y casas de campo.