El Ministerio analiza la propuesta y el área a delimitar para proteger el santuario de cetáceos de Menorca

La declaración se aprobaría en el Consejo de Ministros

Un equipo de Tursiops durante una campaña del proyecto Moby Mummy para localizar el área de cría.

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La declaración de la zona de cría de los cachalotes no debe volver a las Cortes, sino que se llevaría directamente a aprobación en el Consejo de Ministros. Eso en cuanto al proceso político, pero es la parte técnica la más compleja y en la que ahora trabaja el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), para determinar cuál sería la delimitación del espacio marino a proteger. El área que solicita Tursiops es muy amplia, 34.172 kilómetros cuadrados al noreste de Balears, y podría no protegerse toda esa superficie sino una más reducida en la que crían los cetáceos.

La Proposición No de Ley aprobada por la Comisión Mixta sobre Insularidad del Congreso, que apoyaron todos los partidos salvo Vox, en la que se insta al Gobierno a crear dicha área marina protegida es un espaldarazo al proyecto de Tursiops, «es un gran paso» en la vía política, asegura el biólogo Txema Brotons, aunque no es el final del camino.

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Hay antecedentes próximos de esta protección marina como el Corredor de Migración de Cetáceos, que discurre de Alicante a Girona en paralelo el archipiélago balear y cuyo plan de gestión está en elaboración. Dicha declaración implica la toma de medidas para reducir el ruido marino o la prohibición de nuevas prospecciones de hidrocarburos. También está el santuario de cetáceos de Pelagos, que abarca áreas marinas de Francia, Italia y Mónaco.

De hecho, una de las preocupaciones de los científicos que promueven la declaración de la zona de cría de cachalotes en Menorca es que las restricciones acordadas para otras zonas del Mediterráneo deriven en la modificación de rutas de tráfico marítimo y que estas pasen por el norte de la Isla, poniendo en riesgo el refugio natural que han hallado los cachalotes.