En cuanto a las consultas ambulatorias de psicología, en lo que va de año se registran 1.514 visitas. En 2022, hubo un total de 7.150 consultas de psicología; en 2023, 6.495 visitas; y en 2024, 5.793. Un descenso que no refleja la realidad de la salud mental sino más bien, explica la directora general Carme Bosch, se debió a «bajas» entre los profesionales «que no se pudieron cubrir».
Los ingresos de pacientes en la Unidad de Psiquiatría de Agudos del Hospital Mateu Orfila también han ido en aumento en estos tres últimos años, en 2022 ingresaron 186 personas; en 2023 lo hicieron 207; y en 2024 la cifra se estabilizó y hubo 206 ingresos hospitalarios.
Los pacientes con un perfil crónico o que no pueden estar en su domicilio ingresan en el centro de salud mental de Sant Miquel, en Ciutadella, donde hay 15 plazas residenciales.
Sobre los motivos de este incremento de demanda asistencial, la pandemia de covid-19 y el confinamiento marcaron un antes y un después en los problemas de salud mental, se esperaba este aumento de pacientes, que se ha unido, según la directora general, a la «normalización» del hecho de acudir a la consulta de psicólogos y psiquiatras.
En esta superación del estigma que durante años ha acompañado a la enfermedad mental también juega un papel fundamental el reconocimiento de los trastornos emocionales y mentales por parte de personajes públicos.
Asimismo «estamos en un punto de visibilización porque hay trabajo hecho por equipos de etapas anteriores», reconoció la responsable de la dirección general creada por el actual Govern en una reciente comparecencia parlamentaria. Ahora toca profundizar en la coordinación y, añadió, «poner énfasis» en la parte asistencial y en la situación de los profesionales.
Psicólogos en Primaria
Para lograr ese objetivo se plantea conceder un mayor protagonismo a la Atención Primaria y a los servicios comunitarios. En la actualidad las siete gerencias sanitarias del IB-Salut, independientes entre sí, trabajan en la atención a la salud mental. En Mallorca se ha puesto en marcha el programa PsicoAP, que no existe en Menorca y Eivissa-Formentera y que la Dirección General de Salud Mental quiere extender a todas las islas.
La iniciativa consiste en introducir psicólogos en los equipos de Atención Primaria, para que presten una primera atención a los casos que no sufren una patología «como para ir al psiquiatra», señala Bosch, «pero tienen un malestar emocional que hay que atender», en coordinación con servicios sociales y educativos.
«Se puede hacer un abordaje que es complejo, porque influyen muchos factores, pero posible desde un nivel de Atención Primaria», añade, dejando las patologías graves (trastorno psicótico, bipolar, de personalidad entre otras) para la consulta del psiquiatra.
Todavía faltan recursos para la implantación total del programa pero ese es el objetivo, subraya. «Estamos haciendo el estudio para conocer cuáles serían los recursos que necesitamos y de qué manera se podría empezar a implantar», explica Bosch. Se trataría de implementar un itinerario en materia de salud mental que no siempre tuviera que acabar en la consulta de los psiquiatras, en estos momentos algo «saturados», y que estos puedan tratar los casos que «requieren su intervención especializada».
De momento los psicólogos clínicos del programa PsicoAP están distribuidos por sectores sanitarios de Mallorca: tres en el sector de Ponent, tres en el sector de Migjorn, dos en el sector de Tramuntana y uno en el sector de Llevant. PsicoAP significa un cambio de modelo en la atención a la salud mental y tiene otro reto, la adecuación de espacios en los centros de salud.
Incorporación de las unidades de conductas adictivas al sistema sanitario
21 comentarios
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4 nuevos pacientes al día que estamos 1 año para que nos den cita.... Un lujo!!!
Deplorable el servicio la gente sigue suicidándose sin diagnóstico algo esta fallando
Es evidente que la pandemia ha dejado huellas profundas en nuestro bienestar emocional. También es cierto que pedir ayuda médica ya no es un tabú como antes, y eso es un avance. Sin embargo, no podemos caer en el error de patologizar el malestar inherente a la vida cotidiana. Sentirse triste, frustrado, ansioso o perdido ante los retos de la vida no siempre es un trastorno mental. A veces, simplemente, es vida. Y para afrontarla necesitamos herramientas: habilidades sociales, recursos personales y apoyos naturales que deberían empezar a enseñarse desde la infancia, en la familia y en la escuela. No todo debe resolverse en la consulta de un profesional de salud mental. Los servicios especializados están pensados para atender trastornos mentales graves, y cuando los saturamos con demandas que no corresponden a ese nivel asistencial, ponemos en riesgo precisamente a quienes más lo necesitan. Reforzar la atención primaria, trabajar la prevención y recuperar redes comunitarias puede ser más eficaz que medicalizar cada emoción humana. No confundamos pedir ayuda con delegar nuestra responsabilidad de crecer y aprender a vivir.
Es barbullotCoñ... no sabía que el PP (que gobierna ahora y ha gobernado años y años) practicara el progresismo woke...
Mari Conde PlayaJAJAJA, ahora se lo tendremos que agradecer a Franco. JAJAJA, no podéis decir más tonterías...
Hasta aquíPero tú lo has dicho, hace 40 años veniamos de un gobernante que hacía presas y pantanos, no los destruía. Y claro con él casa y chalet..... Ahora sociatas y peperos y globalización! Buena apreciación las fechas que has dado no engañan
És una situació molt perillosa, no hi ha prou psicòlegs (amb PIR) per cobrir les necessitats ni en surten suficients de les universitats. Anant be no tindran ingressos hospitalaris, però qui contracta a persones amb problemàtica mental?. Moltes patologies inicien a l'adolescència, abans d'acabar estudis i abans de trobar feina. Que farà la nostra societat amb aquestes persones ?.
La clave la encontrarán en la falta de vivienda.
Hasta aquíCosas del progresismo woke.
JoanPAntes no habia tanta tonteria como ahora ni tanto ladrón-vividor que mantener, incluida la politica. Aqui está el problema.