La proliferación de pequeños hoteles en el núcleo de Ciutadella satura el mercado: «Ya no da para más»

Al medio centenar de alojamientos que ya existen se añaden ahora otros tres que están en construcción

En el casco urbano de Ciutadlela hay medio centenar de hoteles. | Josep Bagur Gomila

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La proliferación de pequeños hoteles de ciudad, especialmente en el centro de Ciutadella, ha saturado el mercado. Al medio centenar de alojamientos que ya existen se añaden otros tres ahora en obras, gracias a la licencia que obtuvieron antes de la moratoria. «Ya no da para más», concluye Guillem Bosch, copropietario del Petit Hotel 5 Fars. «Antes, la ocupación en marzo y abril ya era buena, pero ahora solo nos quedan los cuatro meses centrales de la temporada», afirma. La creciente competencia ha obligado a bajar precios e, incluso, a no incluir el desayuno dentro de la tarifa. «Hasta la gente de aquí empieza a ver mal tanta oferta», asegura.

El debate ha llegado hasta el mismo seno de la patronal hotelera menorquina (Ashome), que echa en falta que la administración no haya creado diferentes categorías para regular esta modalidad de turismo de interior.

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Josep Sastre, vocal de la asociación y propietario del hotel Can Sastre, lamenta que «en el sello de los hoteles ‘boutique’ nos metan a todos en el mismo saco cuando realmente somos establecimientos diferentes y captamos a un público también diferente».

Una oferta, mayoritaria, es la de los pequeños hoteles sin apenas servicio ni personal, en los que basta introducir un código en la puerta para entrar y pasar la noche y otra, la de hoteles como el de Can Sastre, con desayuno, salas de reuniones y personal permanente en la recepción. Un verdadero modelo de hoteles ‘boutique’ que son mayoría también en Maó, aunque en Llevant sean menos numerosos estos alojamientos. De hecho, Maó suma 237 plazas de turismo de interior, menos de la mitad de los que contabiliza Ciutadella.

Distinción

«La clave -asegura Sastre- está en la distinción. Por eso, nosotros no bajamos precios». Pernoctar en una de las trece habitaciones de Can Sastre sale a una media de 150 euros, mientras que pasar la noche en otro hotel puede costar solo 60.