Ese escenario, unido al continuado envejecimiento de la población, como también al crecimiento que de esta, ya sea a causa de los movimientos migratorios o por el fenómeno turístico –y a veces vinculado uno con el otro–, proyectan un escenario cuanto menos preocupante, que en adelante apunta a generar tensiones en la Isla.
A peor
Por contra, Eivissa, la única de las cuatro en ese sentido, acredita un crecimiento relevante en cuanto a camas hospitalarias (24 por cada 10.000 habitantes), y lidera ese apartado junto con La Palma (23), si bien el contexto entre una y otra difiere, en tanto que la pitiüsa balear ha experimentado una clara mejoría y la canaria se muestra estancada en su oferta, y en descenso.
Ese dato, del que tampoco escapan Menorca (14 camas por cada 10.000 habitantes) ni Lanzarote (19), tiende a empeorar dado la alta dependencia –personas que necesitan de cuidado–, y el porcentaje de población envejecida, cada vez mayor, lo que se advierte al alza. Matizar que en lo concerniente a la accesibilidad, la cobertura de tarjetas sanitarias es más equilibrada, siendo el tope en Eivissa (99%) y la peor en La Palma (92%).
Calibrar la calidad del servicio, al carecer de un indicador común para medir la misma, no es posible, pero datos del Sistema Nacional de Salud (SNS) reflejan que Balears dispone de una mayor proporción de personal médico, y por contra Canarias está más dotada en personal de enfermería.
El análisis detalla y concluye respecto a Menorca, cuya densidad de población ha pasado de 93 habitantes por km2 en 1991, a 142 en 2023, para una demografía estable de 99.005 ciudadanos –por los casi 65.000 de 1991–, la necesidad de reforzar infraestructuras y recursos sanitarios, y de implantar estrategias adaptadas al impacto turístico –lo que por ejemplo equivalió a una presión demográfica de 146.045 personas en verano de 2023, con un pico de 200.000 en temporada alta, aunque su repercusión es mayor en el servicio de urgencias–, con la finalidad de garantizar un sistema sanitario equilibrado y eficaz para sus habitantes.
Crecimiento moderado de la población; de 65.000 a 99.000 habitantes
De las cuatro islas que abarca el informe, Menorca, y también La Palma, es la que muestra un crecimiento más moderado. Su población actual es de 99.000 habitantes, con 19,5% de ellos nacidos fuera de España (65.000 en 1991), por los más de 158.000 de Eivissa y Lanzarote, cuyo incremento ha sido sustancial. La Palma tiene unos 84.000. A inicios de los 90, las cuatro tenían unos valores de población muy similares.
El problema de la vivienda, un denominador común
Además del problema sanitario por la falta de camas, Menorca –también las otras islas– confronta un problema que ya es común en muchos enclaves del país; el problema de la vivienda. Las limitaciones inherentes a un territorio pequeño y sus restricciones –lógicas– en el momento de construir, el impacto del turismo –más demanda que oferta en ciertos casos– y el crecimiento demográfico, las claves del problema.
Más presupuesto público y mayor abstención a la hora de votar
Menorca, desde 2006, crece en presupuesto del sector público, con 142 millones en 2023 (por 120 Eivissa; 170 millones Lanzarote y 187 La Palma), mientras su presupuesto per cápita también ha ido en aumento; 1.442 € en 2023. Por contra, decrece la participación a la hora de votar, siendo clave el desapego a la tierra de los inmigrantres (casi el 20% de la población en la Isla) y la pérdida de confianza de la población en las instituciones.
Incremento preocupante de la tasa de criminalidad
Menorca ha experimentado un incremento notable de la tasa de criminalidad en una década; del 29,8 sobre mil habitantes de 2015 pasó a 46,4 en 2023, el aumento más relevante de las cuatro islas. Lanzarote pasó del 48,1 en 2015 a 44 en 2023, con mínimos en 2021 (37,4) y un repunte posterior. La Palma presenta el índice más bajo, con 28,7 en 2023 y Eivissa el más elevado; 77,3 en 2023, si bien en 2017 llegó a un pico de 109,6.
El turismo, motor económico, si bien Menorca presenta mayor diversificación
El turismo es el motor de la economía de Menorca, que no difiere en ese sentido de Eivissa-Formentera, ni de Lanzarote o La Palma, si bien cada enclave presenta sus matices. La Isla, en 2009, contaba 3.537 empresas y actualmente, tras el bajón de 2014 a causa de la crisis y posterior recuperación, tiene 3.481. Por sectores, un 19% se dedica a la hostelería, un 21% al comercio y un 14% a la construcción (el índice más elevado de las cuatro islas). En conjunto, el sector terciario supone el 73% de la economía menorquina ante el 79% de Eivissa o el 86% de Lanzarote. La industria manufacturera representa un 8% para la economía de Menorca, el más alto de las islas, y que demuestra una mayor diversificación sectorial dentro de una clara dependencia del turismo.
Una renta per cápita de 15.077 euros, mayor que en 2015, y la más alta de la comparativa
El modelo económico-turístico, al margen del evidente beneficio que genera, tiene también sus inconvenientes. Concentra gran parte de la actividad laboral, y de visitantes por tanto, en los meses estivales, en lo que se abunda en los casos de Menorca y Eivissa (Canarias, dado su clima más caluroso todo el año, atomiza ese flujo de personas) y genera ciertas desigualdades sociales. Menorca, en ese sentido, es la isla que menos se presta a ello y la que acumula la tasa de paro más baja (4,7% en 2023) y de menor riesgo de exclusión social (13%). En cuanto a renta per cápita, la Isla tiene la más alta, con 15.077 euros en 2022 (por los 11.127 de 2015). La de Eivissa era en 2022 de 14.979€. La Palma, 12.938 y Lanzarote, 12.228.
22 comentarios
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menorquinaEso sería lo lógico, y haber hecho un parking subterráneo. Pero por lo que sé no se puede porque por planeamiento no es posible...ahora bien supongo que cambiando el planeamiento si. Cuando les conviene cambian normas, expropian, dan permisos, declaran algún interés general contra toda lógica ... Pues en esto al menos sí que sería en beneficio de todos, no de unos pocos como viene siendo habitual
Cuando se construyen las cosas ya se han quedado pequeñas..El Hospital ahora es insuficiente. El parking del Hospital insuficiente desde el primer momento. La Via Ronda de Mahón insuficiente, colapsada en horas punta y todo el verano, y las entradas a Mahón hacen embudo (tanto desde el aeropuerto como desde el polígono) NADA FLUYE, todo es un constante engorro. El nuevo geriátrico seguro que de aquí a terminarlo ya será insuficiente. Porque hay mucha más población y pésima previsión .. si abrimos puertas a mucha más gente habrá que ampliar las infraestructuras, o sino que se empiece a restringir la llegada, es matemático. Con lo bien que estábamos hace tan sólo unos años...
Segur, segur que si no tenguessim que atendra a tot estranger, inmigrant, ilegal, gratuitament, sensa haver aportat ni un centim a s’INSS, que es d’hi pagam, parts, consultes, cirugies, curas, trasllats, etc. D’aquesta manera no hi ha recursos per es que duim cuaranta i pico anys aportant a sa Seguritat Social i ara cuan mos toqui retirar, s’ho enduran tot esde fora que per aço venen, en rs seu pais ho tenen que pagar tot!
Si relacionamos economía y salud podemos decir que crecer por crecer es la filosofía de un tumor. Estamos obligados a crecer sin parar? Aparecen los síntomas y no hacemos caso.
SauSabes que ya mo es asi pero sigues con la mentira Lo que mo queremos es a nadies que no se çueda gastar medio kilo en una casa.
La soñució no son més llits hospitalaris, sino mes recursos per l’hospitalització domiciliaria. Es el futur i es el millor per els pacients en moltes malaties.
Qué sorpresa. Si no fuera por el informe nunca nos hubiéramos enterado.
A Ciutadella ja es hora que en faixin un i a Maó jo afegiria pis per amunt damunt es Mateu Orfila, (si es pot, clar)!!!
La noticia acierta al señalar un problema de fondo en Menorca: la insuficiencia estructural del sistema sanitario para responder a una población cada vez más envejecida, diversa y con necesidades complejas. Sin embargo, centrar el debate solo en el número de camas hospitalarias corre el riesgo de simplificar un problema mucho más amplio. El verdadero déficit no es solo sanitario, sino también social. Faltan recursos de apoyo a la dependencia, servicios domiciliarios, centros de día, viviendas con apoyo, transporte adaptado o redes comunitarias que permitan a muchas personas vivir con dignidad sin necesidad de ingresar en un hospital. En muchos casos, lo que satura los hospitales es precisamente la ausencia de estas alternativas sociales y comunitarias. Menorca necesita una planificación integral que reconozca esta dimensión social de la salud y que refuerce los cuidados en el entorno cotidiano, con una atención más preventiva, cercana y centrada en las personas. La solución no está solo en construir más camas, sino en construir comunidad y servicios que acompañen la vida diaria de quienes más lo necesitan.
Menos turismo y más sanidad y educación. Los menorquines siempre estamos por detrás de los turistas y muchos encantados de ello.