El susto de una turista en Ciutadella al encontrarse con una serpiente cerca de la Platja Gran

El reptil, de entre uno y dos metros de largo, sorprendió a una joven que acababa de llegar de Eivissa

Vídeo en el que se ve a la serpiente en las inmediaciones de la Platja Gran. | Irene Pereira

TW
11

Susto con mayúsculas el que se llevó el pasado miércoles una joven turista de Eivissa recién llegada a Menorca tras toparse con una serpiente de gran tamaño en Ciutadella. Acababa de aterrizar en la Isla y, tras instalarse en el hotel situado en Ciutadella, la joven, de nombre Irene, decidió dar un paseo dirección a la Platja Gran por la calle de La Pau.

«Paseaba tranquilamente cuando, de repente, vi una cola que parecía de serpiente», recuerda. Y no se equivocaba. Enseguida pudo ver al reptil desplazándose por el pavimento con sus característicos movimientos ondulantes. «Cuando me vio, hizo una especie de bufido y traté de mantener la calma», relata.

Alejada ya del reptil y móvil en mano, grabó a la serpiente para dejar constancia de la situación. Medía entre uno y dos metros de largo, explica, «en el vídeo se ve perfectamente lo grande que era», y causó alerta entre quienes paseaban por la zona en ese momento. «Una mujer y su perro empezaron a correr para evitarla», rememora la joven de Eivissa, que vio cómo la serpiente desaparecía entre la vegetación.

Tres especies en Menorca

De las once especies de reptiles que hay contabilizadas en Menorca, tres son serpientes. Estas son la culebra de escalera (Rhinechis scalaris), la culebra de cogulla (Macroprotodon mauritanicus) y la culebra viperina (Natrix maura). No son autóctonas y se las considera de introducción histórica, habiendo llegado a la Isla, probablemente, en barco durante la época romana.

No suelen representar ningún peligro para las personas y solo una de ellas, la culebra de cogulla, inocula veneno, aunque no afecta a los humanos. La viperina es acuática y, por tanto, vive en zonas húmedas. La culebra de escalera es, por su parte, la más abundante y la más grande, que se alimenta de vertebrados como ratas y ratones. Con la llegada de la primavera, salen de la hibernación y entran en su período de más actividad.

Menorca escapa, por ahora, de la introducción de otras especies de serpientes que sí se han detectado en el resto de Balears. Tanto en Mallorca como en Eivissa y Formentera se han contabilizado especímenes ajenos al ecosistema y se han activado protocolos para evitar que lleguen más ejemplares de la Península y combatir el problema ambiental que suponen.