El centro de Maó para personas sin hogar, cada vez más cerca: la licencia desbloquea las obras

Con cabida para unas 15 personas en riesgo de exclusión social, su gestión será externalizada y dispondrá de una unidad móvil de emergencia

Menorca Mao / Gemma Andreu / Edificio calle Borja Moll 69, esquina Roca i Vinent / futura oficina exigencia | Foto: Gemma Andreu

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La licencia de obra para acometer la reforma y alzar un centro de baja exigencia en el edificio de vivienda social que el Consell tiene en la calle Borja Moll de Maó es efectiva desde hace un par de semanas, según confirman desde la primera Administración de la Isla.

En ese marco, el inicio de las obras, cuyo presupuesto inicial se eleva hasta los 300.000 euros, se emplaza en el mejor de los escenarios para después de verano, explican desde el Consell.

«Restan muchos trámites, pero siendo positivos y contando con que haya empresas constructoras que opten al concurso, los plazos podrían comprender entre el tercer y cuarto trimestre de este año, en esas fechas quizá podamos tener ya hecha la licitación», anota la directora insular de Ordenación Territorial y Turística, Conchi Gómez.

Seis meses

La obra, que no afecta a la estructura, por lo que su duración no debiera dilatarse más allá de los seis meses, generará un espacio para entre quince y dieciocho personas en riesgo de exclusión social o residencial grave, a las que se ofrecerá la posibilidad de pernoctar, tomar un refrigerio o de llevar a cabo su aseo personal.

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«Hay mucha más gente de la que nos gustaría en esas circunstancias, la vida ha subido mucho, y los sueldos no», refiere Gómez acerca del porcentaje de la población que precisa de este tipo de ayuda o socorro, por lo que ante la posibilidad de que el centro colapse al poco de abrir, este asimismo se auspicia para desarrollar funciones de acompañamiento, lo que será como una suerte de ‘base’ para una serie de servicios –que se externalizarán, como la gestión del centro, por medio de una concesión, para la que ya habría un par de empresas interesadas, entienden desde el Consell.

Este papel lo asumirán las UMES (Unidad Móvil de Emergencia Social), que acercan el servicio a la gente sin necesidad de tener que acudir al centro. «Si necesitan alguna cura u otra cosa, se les proporciona», detalla Conchi Gómez, quien por otra parte desvela que el Consell dispone de un registro sobre personas que carecen de hogar y viven en cuevas u otros enclaves poco hospitalarios.

«No se les ve, pero les tenemos localizados», asiente la directora insular, que desvela también que se trata de personas que en ciertos casos «rechazan reincorporarse a la sociedad, y es nuestra labor ayudar a que lo hagan».

Con todo, también para esos casos concretos el nuevo centro que localizará en la calle Borja Moll de Maó, en el tramo que hace esquina con Roca i Vinent, ofrecerá sus parabienes, como la posibilidad de custodiar enseres particulares sin tener que residir allí.

«Hay gente que vive en la calle y lo poco que tiene, no quiere que se lo roben; en el centro podrán guardar sus cosas o su ropa, por ejemplo en una taquilla», añade Gómez, que advierte en dicho servicio igualmente «un modo» de poder ir captando a esa gente en riesgo de exclusión social.

Las claves
  1. Las obras, en el mejor de los casos, darán inicio tras el verano

    Una vez la licencia ya se ha expedido por parte del Ayuntamiento de Maó, empiezan los trámites para convocar el concurso para adjudicar la obra. Si este no queda desierto, las obras deberían iniciarse después del verano de este año.

  2. Debe ayudar a descongestionar las casas de acogida

    El Consell espera que una vez este nuevo centro de baja exigencia emprenda su actividad, contribuirá a a descongestionar las casas y centros de acogida municipales. El espacio será para pernoctar, tomar un refrigerio, asearse o guardar enseres.

  3. Se trata del primer centro de este perfil que tendrá la Isla

    Todos los servicios que tiene previsto ofrecer el centro de baja exigencia del Consell en Maó se activarán cuando abra puertas –no de modo gradual. Se trata del primer centro de esta índole en la Isla; el presupuesto de obra es de 300.000€.