El Camí de Cavalls de Menorca, un sendero multiusos que se olvida del caballo

Los caballistas, impulsores de la recuperación del camino en 2010, denuncian que el Consell desoye su derecho a transitarlo y con seguridad

El Camí de Cavalls se interrumpe en Pregonda | Foto: Katerina Pu

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El Camí de Cavalls, que los últimos años se ha convertido en uno de los principales reclamos, y ha situado a Menorca en un lugar destacado, entre los destinos turísticos y de senderismo y de la defensa de la naturaleza, se enfrenta a la mayor de las contradicciones. Este sendero, que es pura historia por su origen desde tiempos del rey Jaume II (1243-1311), cuando se planificó como ruta para ser recorrido a caballo, para la defensa de la Isla ante invasiones foráneas, se está olvidando de aquel que le pone nombre, el caballo, para el cual es literalmente imposible ‘disfrutar’ completamente del camino público que, para más inri, se logró recuperar en 2010, con la implicación directa de los caballistas, después de una intensa lucha de varios años y numerosos procesos judiciales.

Incluido dentro de las rutas de Gran Recorrido Europeas (GR-223) desde hace quince años, el Camí de Cavalls, con su trazado de 185 kilómetros bordeando la Isla, es motivo de lamento entre el colectivo ecuestre, pues es materialmente imposible completar la vuelta a Menorca y se ven excluidos del uso y disfrute del sendero litoral que tan decididamente contribuyeron a reconquistar después de décadas y siglos de barreres tancades.

El Camí de Cavalls se interrumpe en Platges de Fornells (en la imagen), con escaleras imposibles para los animales.
El Camí de Cavalls se interrumpe en Platges de Fornells (en la imagen), con escaleras imposibles para los animales.

Hace años que el colectivo de jinetes, junto con representantes de la Associació de Criadors i Propietaris de Cavalls de Raça Menorquina, reivindican el derecho de pasear a caballo por el camino público, sin obstáculos, sin perjudicar al resto de usuarios y sin enfrentarse a los peligros con que se encuentran con frecuencia y que no han logrado que las instituciones resuelvan.

Se refieren al Consell insular, que «según Demarcación de Costas tiene las competencias» en todo lo que se refiere al Camí de Cavalls, expresa Cristòfol Marquès, expresidente de la asociación de caballos de raza menorquina. «No están haciendo nada, ni lo hizo el anterior Consell, ni el actual», lamenta el experimentado cavaller, quien ha trabajado intensamente para resolver problemáticas, sobre todo de seguridad en el trazado, para evitar accidentes que luego no haya que lamentar. Y es que son «muchos los puntos del camino» que presentan trazados arriesgados, al borde de precipicios, que «sería muy fácil desviar unos metros» o aplicar medidas correctoras «baratas».

En el barranco de Cala en Porter, la escalera ha eliminado el zig-zag que permitía el paso de caballos.

Fruto del trabajo realizado, hace ya tres años se entregó al Consell un documento con una docena de puntos negros para los que reclaman «pasos seguros». Ocurre, por ejemplo, entre el Pilar y Cavalleria; en Pregonda; en Sant Tomàs; en Sa Falconera, en Torre del Ram, que «es un camino de cabras, no de caballos»; o a banda y banda de Macarella. Entre Es Grau y Favàritx, en Ses Salines, de Cala Tirant a Binimel·là, en Algaiarens, varios tramos entre Son Xoriguer y Cala Galdana y de Sant Tomàs a Son Bou, son otros tramos con carencias.

Puertas imposibles

Para evitar accesos motorizados al Camí de Cavalls, en muchos portones a lo largo del sendero se habilitaron pasos en forma de L. «Los vehículos no pasan, pero tampoco los caballos», critica Antoni Gómez, otro conocido aficionado al mundo ecuestre. Pese a las insistentes reclamaciones a la institución insular «seguimos sin poder pasar por Binigaus, Son Saura del Sud, Platges de Fornells, Son Bou, Calescoves...», enumera.

En Cavalleria, al igual que otros arenales, las zonas dunares delimitadas con cuerdas representan un obstáculo, al no poder transitar detrás de estas.

Marquès habla de la dificultad que supone el paso por las calas. «De mayo a octubre los caballos no pueden pasar por las playas», algo que comprenden, «por higiene y seguridad» ante la afluencia de usuarios, y también por el uso de pasarelas. «Está muy bien que las hagan, y escaleras, pero no nos sirven». Un caso flagrante de escalinata que se ha ‘comido’ el paso para caballos está en el barranco de Cala en Porter. «Antes, el camino era en zig-zag» para facilitar el ascenso o descenso de los animales, «ahora ya no está, construyeron una escalera y se ha convertido en un lugar muy peligroso», por lo empinado y resbaladizo del terreno, apunta Gómez.

Por casos como este, «reclamamos que habiliten zonas de paso, muchas veces basta con poner una cuerda por detrás de las pasarelas, sería muy fácil, pero no nos escuchan», insiste Marquès, quien asegura que «bastaría que cada año hicieran alguna mejora, no todo de golpe; con eso nos conformaríamos».

La pasarela, de Sant Tomàs a Binigaus, excluye a los caballos.

De hecho, se han desaprovechado buenas oportunidades para mejorar el sendero. «En Binigaus, la propiedad nos cedía el paso por detrás de la paret seca, porque el mar va comiendo y el camino se ha vuelto peligroso, pero no se ha hecho nada», coinciden los jinetes.

Otra reivindicación que lanzan, para hacer honor al nombre del camino, de caballos, es habilitar abrevaderos y fermadors para el descanso de los equinos y, en las barreras, instalar sistemas de apertura elevados, «que un jinete se ofreció a poner, a medida que fuera recorriendo el camino; era cuestión de muy poco dinero», asevera Marquès.

«Antes, los que pasaban por el Camí de Cavalls eran ilegales [porque invadían terrenos privados], ahora, si queremos pasar, tenemos que hacerlo ilegalmente, invadiendo propiedades o buscando enderrossalls por donde pasar», añaden Gómez y el grupo de jinetes sumados a la causa.