Maó retirará las rocas de Es Canutells tras confirmar que están en terrenos bajo su gestión

Son parcelas propiedad del Govern cedidas al Ayuntamiento, que contratará los trabajos

Las dos rocas caídas y el riesgo de nuevos desprendimientos obligó a precintar el camino | Foto: Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Maó se hará cargo de la retirada de las rocas de grandes dimensiones que se desprendieron del acantilado de la cala Es Canutells durante la pasada Semana Santa y que, al caer en una zona de tránsito muy próxima al muelle y a la playa, generaron dudas competenciales entre el propio municipio, la Demarcación de Costas y el Govern balear.

Finalmente, el terreno figura dentro del catálogo de patrimonio municipal, como afirmó ayer la concejala de Hacienda, Ciudad y Seguridad Ciudadana, Elena Costa, y por tanto el Consistorio ha abierto un expediente para contratar las obras de retirada de las piedras y afianzar la pared. Los trabajos no van a ser fáciles, por el lugar estrecho y de acceso complicado en el que se produjo el suceso, y porque las rocas son de un tamaño considerable.

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El Ayuntamiento ha asumido los trabajos de limpieza de las piedras porque los terrenos en los que se ha producido el siniestro le fueron cedidos hace años por el Govern balear, que es el propietario. Tal y como explica la edil, las parcelas en Es Canutells fueron adquiridas por el Ejecutivo autonómico como parte de sus inversiones en patrimonio público en Menorca, gracias a fondos procedentes del Impuesto Turístico Sostenible, en los primeros años de su recaudación. Con posterioridad fueron cedidas al Ayuntamiento de Maó para su gestión y mantenimiento.

El derrumbe en el acantilado de Es Canutells se produjo el fin de semana del 19 al 20 de abril, en plenas vacaciones de Semana Santa, y causó daños materiales en la entrada de una cueva de titularidad particular.

El apunte

Sin un cálculo de coste y tiempo de ejecución debido al complicado acceso a la zona

«Aún no sabemos cómo se hará ni lo que va a costar», señala la teniente de alcaldía, Elena Costa, «hemos iniciado los contactos con empresas, no hay muchas aquí que puedan hacer este tipo de trabajos, y habrá que esperar a que sus técnicos visiten la zona», añade. La complejidad reside en que el camino ahora precintado es estrecho, está en alto, pegado al acantilado, y desde la cala tampoco hay una vía fácil para las máquinas. De momento todo sigue cerrado al paso, por seguridad de los transeúntes, y a la espera de la solución adecuada.