Los vecinos de Cala en Blanes, en pie de guerra: exigen soluciones contra la okupación ilegal

Piden derruir el complejo okupado para convertir el espacio en una zona verde mientras otras instalaciones mantienen un uso mínimo para evitar las intrusiones

El complejo consta de tres bloques, dos de ellos con nueve locales adosados, con okupas que entran y salen | Foto: Gemma Andreu

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La Asociación de Vecinos de Cala en Blanes ha colmado su paciencia por los espacios degradados de la urbanización como consecuencia de las okupaciones ilegales que se mantienen en el tiempo. Se trata, básicamente, de las que existen en los locales a medio construir de lo que debía haber sido un gran centro comercial en la Avinguda Cales Piques a finales de los 90, pero también de otros inmuebles de la zona.

La situación se relaciona con episodios de violencia, además de la mala imagen que ofrece para residentes y visitantes. Por este motivo los vecinos han iniciado una campaña de recogida de firmas para entregar en el Ayuntamiento y pedir que realice la tramitación necesaria que permita derruir el complejo inacabado y convertir el espacio en una zona verde. «Es una auténtica porquería como está aquello», explica Joan Benejam, presidente de la asociación, debido a la proliferación de basuras, ratas y maleza.

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Puerta con candado en uno de los locales ocupados. | Gemma Andreu

La presencia de la Policía Local cada vez que es requerida por las quejas vecinales es una buena muestra de la inseguridad, aunque las intervenciones no van más allá de lo permitido puesto que no existe denuncia de la propiedad del complejo. Las dos promotoras que lo levantaron en 1990 quebraron y salió a subasta en 2023. Esa difusa titularidad facilita la okupación ilegal de los locales desde hace muchos años, una situación parecida aunque no igual a la que se vive en el complejo de apartamentos Ses Canaletes, de Son Parc. En ese caso la titularidad debe dirimirse en el juzgado pero se trata de viviendas acabadas. En el de Cala en Blanes, apodado ‘Cristales Rotos’ por los residentes se ve a los okupas cargando con garrafas de agua al no haber suministro. «Para la luz no sabemos cómo se las apañan, pero parece que sí tienen», explica Benejam.

Se hace difícil precisar cuántos de esos inmuebles están okupados «porque van y vienen y algunas son personas que tienen su trabajo y vienen a dormir», relata el presidente de los vecinos.

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La degradación de la urbanización y los problemas de delincuencia relacionados con esta okupación ilegal fueron abordados el pasado jueves en el pleno del Ayuntamiento. Raquel Pericás, del PP, presentó una moción para instar al Ayuntamiento a que elabore un censo de viviendas y locales okupados ilegalmente en el municipio, a partir de denuncias y quejas vecinales. También pedía que el equipo de gobierno presidido por el alcalde, Llorenç Ferrer, instase a los propietarios de todos estos inmuebles okupados a que denuncien la usurpación de sus propiedades.

«Inseguridad e impunidad»

«Cuanto más tiempo pasa más okupaciones y    más conflictividad hay, no puede ser que sean una solución para una minoría y un problema para una mayoría», expresó la edil del PP. Se refirió a las quejas de los residentes en Cala en Blanes que habían sido recibidos con cuchillos por algunos de esos okupas en el complejo del centro comercial. «Hay inseguridad para residentes y visitantes y da sensación de impunidad», añadió Pericàs. En el mismo núcleo turístico hay otras viviendas okupadas, en una de las cuales apareció hace unas semanas un coche robado en el Club Tenis Ciutadella. Esta práctica ha generado «mafias de okupación y la utilización de muchos de estos inmuebles para prácticas delictivas», de ahí la propuesta al pleno.

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El complejo deportivo Sport Bike Center dejó de funcionar como tal en 2019. | Gemma Andreu

La moción no prosperó pese al apoyo de la concejal de Vox, Maite de Medrano, al votar en contra el equipo de gobierno. El responsable de seguridad ciudadana, Pepe Capella, explicó que las reiteradas intervenciones realizadas en Cala en Blanes y otros inmuebles okupados en el municipio son ajustadas a la ley, «si no hay denuncia, y no se tiene ninguna, la Policía no puede hacer más». Señaló que la mayoría de las molestias ocasionadas en Cala en Blanes son de una sola persona, ya identificada, y dijo que se han hecho gestiones ante el Juzgado y los servicios sociales para su incapacidad mental.

La Policía solo puede desalojar a los okupas entre las 24 y 48 horas primeras de la entrada en el inmueble, a partir de ahí no puede hacerlo sin autorización judicial. «Los locales de Cala en Blanes llevan años okupados y depende de la vía judicial», sostuvo el edil ciutadellenc. No estimó necesario hacer un censo de los inmuebles okupados ni instar a los propietarios a que denuncien, algunos de los cuales cuesta localizar porque son de fondos de inversión. «Y el hecho de mediar o requerir que denuncien no es competencia de este Ayuntamiento», dijo Capella. La okupación continuará en Cala en Blanes.

El apunte

El Sport Bike Center, uso en precario para eludir la okupación

Inaugurado a finales de 2011 como nuevo complejo de salud y deporte en Cala en Blanes, el Sport Bike Fitness Center se halla en plena urbanización, sometido a una degradación, como se aprecia desde el exterior, que intenta frenar un encargado de su mantenimiento.

Eran 6.500 m2 dedicados al deporte y el ocio con pistas de futbito, picketball y tenis, entre otras, también para practicar el boxeo en salas interiores. Fue promovido por un grupo de empresarios de la isla que invirtieron algo más de 3 millones de euros. Cuatro años después, en 2015 ya estuvo a punto de cerrar debido a las pérdidas pero los dueños encontraron un ciutadellenc interesado en explotarlo en régimen de alquiler. Apenas unos años después tampoco funcionó.

El complejo entró en concurso de acreedores y se nombró un administrador concursal que alcanzó un acuerdo con el último inquilino. El propósito era, precisamente, evitar la entrada de okupas. A cambio de un    mantenimiento mínimo, el inquilino, vinculado a la enseñanza de algunos deportes, hace uso del centro desde hace 5 años y permite la entrada a grupos o personas individuales que van a practicar algún deporte. «Si no fuera por esto, como le dije al administrador concursal, el centro ya estaría lleno de okupas».

El responsable, incluso, entrega copias de llaves a algunos de los usuarios cuando él no está y en ocasiones estos abonan una cantidad, asegura, para contribuir a los gastos derivados del propio mantenimiento.

Se trata de un uso precario para eludir su okupación ilegal y que no se acentúe su deterioro.