Mucho ha cambiado la atención a la salud mental desde 1994, cuando llegó a la Isla desde su Valencia natal, donde antes ejerció nueve años como médico de familia e hizo los cuatro años de la especialidad de psiquiatría en el Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Balears aún no tenía las competencias en sanidad, Liñana fue contratado para montar la unidad de hospitalización psiquiátrica del Hospital Verge del Toro.
Principios de los 90 ¿cómo era la atención a la salud mental cuando llegó?
—Era el único psiquiatra del entonces Insalud. Había otra psiquiatra contratada por el Consell en Ciutadella. Vine contratado teóricamente para abrir la unidad de hospitalización psiquiátrica del ‘Verge del Toro’, junto con dos psicólogos, pero también empecé a hacer consultas. Ahora somos once psiquiatras, ocho psicólogos clínicos más equipos que incluyen enfermería, trabajo social, terapeutas ocupacionales..., todo ello gracias a los diferentes planes y estrategias de salud mental que se han ido aprobando para dotar de recursos y distribuirlos equitativamente. Hemos ido creciendo y diversificando la atención en diferentes programas.
¿Qué le aportó su experiencia como médico de familia para el ejercicio de la psiquiatría?
—En Valencia trabajé como médico de familia con interinidades anuales y cada una en un pueblo diferente. Esa experiencia me ha ayudado mucho en la manera de ver a los pacientes, no solo desde un punto de vista psíquico sino también físico, porque la interrelación cuerpo-mente existe y es importante. Creo que también me permitió relacionarme mejor con mis compañeros de Primaria y del hospital, porque conozco la complejidad de su actividad.
¿Los problemas de salud han aumentado o es que ahora se diagnostican más?
—Han aumentado desde la pandemia pero ¿qué tipos de problemas de salud mental? La patología grave es la que se tiene que atender desde el Servicio de Salud, porque los recursos aunque hayan crecido siguen siendo limitados. Lo que ha aumentado es el malestar emocional, los cuadros de ansiedad y depresión leves, que son más bien de carácter reactivo a los problemas y las dificultades de afrontamiento que tenemos ahora las personas. Ha habido un cambio de valores, se nos indica que no debemos sufrir pero el sufrimiento es innato, si hay un problema o una pérdida, hay un sufrimiento, y esto en principio no tiene por qué ser una enfermedad. Eso no lo vamos a curar los profesionales, es una equivocación.
¿Se ha perdido la capacidad de gestionar emociones?
—Lo que creo, y esta es una opinión personal, es que no se puede psiquiatrizar el malestar emocional, el sufrimiento diario de la gente, porque el sufrimiento existe, si se muere un familiar cercano hay que hacer un duelo, pero eso no es una enfermedad sino la reacción a lo que nos está pasando. Creo que ese concepto de que todo debe acabar en psiquiatría es muy erróneo.
¿Se satura una atención necesaria para abordar otros problemas?
—Es que los recursos especializados son limitados y la prevalencia de patología mental grave es alta, yo creo que deben dirigirse a este tipo de patología, que abarca la esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión mayor resistente, trastorno obsesivo compulsivo..., patologías mayores que requieren nuestra dedicación.
Sin embargo, sí se detecta un aumento de los problemas de salud mental en la población joven ¿a qué puede deberse?
—La demanda de consultas en jóvenes y adolescentes ha aumentado exponencialmente, también las autolesiones y tentativas de suicidio, sobre todo a partir de la pandemia, se nota en los servicios y en las urgencias. Muchos de estos problemas se dan por la frustraciones de la vida, y la impulsividad del adolescente hace que deriven en situaciones autolíticas.
En la jornada sobre depresión se habló de investigación y de nuevos tratamientos ¿qué avances hay?
—Se están buscando vías alternativas para tratar la depresión, fármacos que actúan de manera diferente a los antidepresivos tradicionales. Estamos utilizando en el hospital, desde hace dos años, la esketamina, en forma de spray nasal. Es de administración hospitalaria, está indicada en casos de depresiones resistentes y está teniendo un índice de respuesta bueno, hay un porcentaje importante de pacientes que mejora.
El apunte
Más de 31 años ejerciendo en el Área de Salud de Menorca
9 comentarios
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ShantiCierto,asco de la política, hartazgo,discusión con mucha gente,rabia.......
StormfrontPues todavía nos sale barato. La mayoría está sin diagnosticar.
No deja de ser sorprendente y preocupante, que cuanto más crecen los problemas relacionados con la salud mental de la población en general, tal y como reconocen psiquiatras, psicólogxs clínicos, e incluso neurólogxs, se señale a una pandemia causada por un virus respiratorio como principal hecho causante. Al parecer, según lxs expertxs clínicos, como el señor Liñana, la cotidianidad que nos hacen vivir quienes organizan y dirigen la sociedad en la que vivimos (políticos, medios de comunicación, propagandistas de diferentes y múltiples sectas económicas, políticas y religiosas, etc.) no tienen nada que ver con la angustia, la ansiedad, el stres, y la impotencia que se siente cuando a las personas se las trata sin respeto, sin tener en cuenta su opinión, imponiéndoles a la mayoría salarios insuficientes para llevar una vida digna. Para estos casos, la pastillita y a seguir produciendo. Si se rebelan, ingreso hospitalario, incremento de la dosis de pastillas, y llegado el caso, extirpación de la parte cerebral relacionada con el asunto. Cierto es que el malestar emocional no es un problema exclusivamente psiquiátrico, pero sería de agradecer que desde la psiquiatría hiciesen una evaluación de la incidencia de las decisiones políticas en la salud mental de las personas.
Totalmente deacuerdo con el señor Liñana.
Gracis toni fa temps nos van conexe,gracis pertot,ets una gran persona ajo mes ayúdat molt.
«Es un error que todo malestar emocional acabe en psiquiatría» Totalmente de acuerdo con la atinada reflexión de este profesional médico. Y podría añadir ya de paso, que también es un error y una tontería estúpida, que en cada ocasión que ocurre cualquier desgracia, grande o pequeña, un accidente, un evento climático más o menos dañino, un suicidio, un incendio o cualquier incidente, lo primero que se hace es enviar corriendo a un regimiento de psicólogos para atender y consolar a cualquiera que pasase por ahí, niños, jóvenes, adultos, viejos, da igual. La sociedad actual, sobretodo mucho más acentuado entre las jóvenes de-generaciones, parece que ha perdido la capacidad de asumir las desgracias y los golpes de la vida cotidiana. Nos han convertido en seres flojos de espíritu, sin moral de superación, hiper vulnerables e hiper sensibles ante cualquier situación negativa o trágica que pueda sobrevenir en nuestra vida.
EricClaptonEs la cruda realidad en s.s
StormfrontUna apreciación de persona ignorante. Generalizando una opinión personal de vago fundamento. Lo que viene a ser una fantasmada.
En vez de optar por otros métodos menos agresivos como la psicoterapia acompañada de la medicación adecuada a cada paciente, van a lo fácil optando por la vía rápida atiborrando a todos los pacientes con medicamentos sin evaluar cada caso del paciente. Luego pasa factura, tanto al paciente como a todos los que pagamos esos medicamentos con nuestros impuestos. Siguiente por favor.