ENTREVISTA

Antonio Liñana, médico en Menorca: «Es un error que todo malestar emocional acabe en psiquiatría»

El jefe de servicio de psiquiatría del hospital Mateu Orfila afronta su retiro y reflexiona sobre el deterioro de la salud mental

El doctor Antonio Liñana en el Hospital Mateu Orfila | Foto: Katerina Pu

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Antonio Liñana, jefe del servicio de psiquiatría del Hospital Mateu Orfila, entra en la recta final de una carrera profesional de más de tres décadas en Menorca. Con la jubilación ya próxima en el horizonte, participó en la I Jornada Balear de Depresión celebrada recientemente en Es Castell, en la que se le homenajeó por su trayectoria.

Mucho ha cambiado la atención a la salud mental desde 1994, cuando llegó a la Isla desde su Valencia natal, donde antes ejerció nueve años como médico de familia e hizo los cuatro años de la especialidad de psiquiatría en el Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Balears aún no tenía las competencias en sanidad, Liñana fue contratado para montar la unidad de hospitalización psiquiátrica del Hospital Verge del Toro.

Principios de los 90 ¿cómo era la atención a la salud mental cuando llegó?
—Era el único psiquiatra del entonces Insalud. Había otra psiquiatra contratada por el Consell en Ciutadella. Vine contratado teóricamente para abrir la unidad de hospitalización psiquiátrica del ‘Verge del Toro’, junto con dos psicólogos, pero también empecé a hacer consultas. Ahora somos once psiquiatras, ocho psicólogos clínicos más equipos que incluyen enfermería, trabajo social, terapeutas ocupacionales..., todo ello gracias a los diferentes planes y estrategias de salud mental que se han ido aprobando para dotar de recursos y distribuirlos equitativamente. Hemos ido creciendo y diversificando la atención en diferentes programas.

¿Qué le aportó su experiencia como médico de familia para el ejercicio de la psiquiatría?
—En Valencia trabajé como médico de familia con interinidades anuales y cada una en un pueblo diferente. Esa experiencia me ha ayudado mucho en la manera de ver a los pacientes, no solo desde un punto de vista psíquico sino también físico, porque la interrelación cuerpo-mente existe y es importante. Creo que también me permitió relacionarme mejor con mis compañeros de Primaria y del hospital, porque conozco la complejidad de su actividad.

¿Los problemas de salud han aumentado o es que ahora se diagnostican más?
—Han aumentado desde la pandemia pero ¿qué tipos de problemas de salud mental? La patología grave es la que se tiene que atender desde el Servicio de Salud, porque los recursos aunque hayan crecido siguen siendo limitados. Lo que ha aumentado es el malestar emocional, los cuadros de ansiedad y depresión leves, que son más bien de carácter reactivo a los problemas y las dificultades de afrontamiento que tenemos ahora las personas. Ha habido un cambio de valores, se nos indica que no debemos sufrir pero el sufrimiento es innato, si hay un problema o una pérdida, hay un sufrimiento, y esto en principio no tiene por qué ser una enfermedad. Eso no lo vamos a curar los profesionales, es una equivocación.

¿Se ha perdido la capacidad de gestionar emociones?
—Lo que creo, y esta es una opinión personal, es que no se puede psiquiatrizar el malestar emocional, el sufrimiento diario de la gente, porque el sufrimiento existe, si se muere un familiar cercano hay que hacer un duelo, pero eso no es una enfermedad sino la reacción a lo que nos está pasando. Creo que ese concepto de que todo debe acabar en psiquiatría es muy erróneo.

¿Se satura una atención necesaria para abordar otros problemas?
—Es que los recursos especializados son limitados y la prevalencia de patología mental grave es alta, yo creo que deben dirigirse a este tipo de patología, que abarca la esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión mayor resistente, trastorno obsesivo compulsivo..., patologías mayores que requieren nuestra dedicación.

Sin embargo, sí se detecta un aumento de los problemas de salud mental en la población joven ¿a qué puede deberse?
—La demanda de consultas en jóvenes y adolescentes ha aumentado exponencialmente, también las autolesiones y tentativas de suicidio, sobre todo a partir de la pandemia, se nota en los servicios y en las urgencias. Muchos de estos problemas se dan por la frustraciones de la vida, y la impulsividad del adolescente hace que deriven en situaciones autolíticas.

En la jornada sobre depresión se habló de investigación y de nuevos tratamientos ¿qué avances hay?
—Se están buscando vías alternativas para tratar la depresión, fármacos que actúan de manera diferente a los antidepresivos tradicionales. Estamos utilizando en el hospital, desde hace dos años, la esketamina, en forma de spray nasal. Es de administración hospitalaria, está indicada en casos de depresiones resistentes y está teniendo un índice de respuesta bueno, hay un porcentaje importante de pacientes que mejora.

El apunte

Más de 31 años ejerciendo en el Área de Salud de Menorca

Antonio Liñana llegó a Menorca en 1994, lleva más de 31 años ejerciendo en la Isla.Fue contratado por el Instituto Nacional de la Salud, que posteriormente traspasó las competencias sanitarias al actual IB-Salut. Es jefe del servicio de psiquiatría del Hospital Mateu Orfila desde 2014, y coordinador de los dispositivos de salud mental del Área de Menorca. En su nueva etapa vital quiere dedicar más tiempo a su familia.