El veto a las mascotas en los contratos de alquiler desborda la perrera de Ciutadella

La Protectora d'Animals hace un llamamiento para encontrar familias de acogida para los perros que han sido abandonados

Algunos perros comparten jaula por la falta de espacio en el centro de acogida | Foto: Josep Bagur Gomila

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El centro de acogida de animales de Ciutadella funciona casi siempre al borde de la saturación en la zona destinada a los perros, cuenta con 16 jaulas y normalmente solo tiene una o dos vacías por si se dan situaciones de urgencia, como que el lacero municipal traiga algún can perdido o abandonado en la calle.

Hace unos días ni siquiera contaban con ese espacio de emergencia, la Protectora d’Animals de Ciutadella lanzó una petición desesperada en las redes sociales para buscar familias de acogida, ya que todas las jaulas para perros estaban llenas, y eso que algunas son compartidas por varios ejemplares que congenian y pueden convivir juntos.

Uno de los canes que espera encontrar una familia de adopción.

«Hace mucho tiempo que no disponemos de cuatro o cinco jaulas vacías», explica una trabajadora del centro, instalaciones antiguas en las que, afirma, se negocian posibles mejoras y una ampliación con el Consell. Mientras tanto, la perrera está llena, en la actualidad hay 14 de las 16 jaulas ocupadas, dan cobijo a un total de 17 canes abandonados.

Pero además otros nueve perros están con familias de acogida a la espera de que aparezca un adoptante y un hogar definitivo. Hay perros que llevan más de dos años viviendo en el centro de acogida de Ciutadella. Los hay de diferentes razas –border collie, pastor alemán, pastor belga malinois, mastines, cocker, pastores mallorquines o ca de bestiar, podencos-, y también mestizos.

Los gestores de las perreras son las protectoras y estas no desisten en sus llamadas a la adopción responsable y a la concienciación sobre lo que supone tener una mascota, un ser que entra a formar parte de la familia y que requiere atención y cuidados durante toda su vida.

«Es muy duro»

Sin embargo, no todos los perros y gatos que están en el refugio han sido abandonados por la irresponsabilidad de sus propietarios: cada vez hay más casos en los que estos no encuentran una casa de alquiler que acepte a las mascotas.

En el caso del centro de acogida de Ciutadella, sus trabajadoras inciden en este problema, que no es nuevo, siempre han existido caseros que han puesto como condición para alquilar que no entraran mascotas, pero ahora, con la crisis de la vivienda, ese requisito se ha generalizado y muchas familias, desesperadas por encontrar un piso, a veces con niños a su cargo, se tienen que desprender de sus animales.

«Nos pasa mucho últimamente, vienen aquí, dejan al gato o al perro y no es por motivos de mal comportamiento o de convivencia, es porque no les dejan tenerlos en la vivienda», apunta una de las empleadas del centro. «Para nosotras también es muy duro, nos encontramos con gente que en realidad no quiere dejar a su perro o gato, que lo hace llorando», explican. Su petición es que «antes de negarse a aceptar una mascota en una casa de alquiler creo que deberían conocer al animal y valorarlo bien, porque para muchas personas dejarla aquí es un drama».