Los resultados de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), que a partir del día 11 estarán disponibles en la plataforma UIBdigital, marcan el destino de miles de estudiantes y el inicio de dos carreras paralelas, la de su formación superior y otra llena de obstáculos para hallar una habitación en condiciones y a precio razonable en la que vivir esos años como estudiantes.
La falta de oferta de vivienda y los precios abusivos en las principales ciudades que tradicionalmente escogen los menorquines, Barcelona, Madrid, Palma y, en general, en todas las capitales de provincias, añaden estrés a las familias, por el temor de no encontrar un piso para los jóvenes que salen a estudiar o de no poder pagarlo.
Además, la habitación que diez o quince años atrás, se podía apalabrar con relativa rapidez, en los días previos o casi al tiempo que se formalizaba la matrícula en la universidad correspondiente, ahora cuesta encontrarla semanas o incluso meses.
Y lo que hay en el mercado son pisos a precios «escandalosos», entre 700 y 800 euros de media por una habitación en Barcelona si se comparte, o estudios individuales que más bien «parecen una cárcel, de 20 metros cuadrados, aprovechando cualquier rincón, con una cosa encima de la otra, sucios y sin cumplir la normativa», asegura Assumpta Vinent, exalcaldesa de Ciutadella que estos días acompaña a su hijo en la agotadora tarea de buscar un piso en la capital catalana.
Como aparejadora de profesión, no puede evitar asombrarse de las condiciones en las que se están alquilando espacios a estudiantes o personas que no tienen más opción que compartir, porque un piso-estudio de reducidas dimensiones no baja de 1.100 euros en zonas alejadas del centro.
Espacios tipo rompecabezas
La realidad es que muchos jóvenes estudiantes tendrán que apañarse y hacer su vida en un solo ambiente, lo que viene a ser un sinónimo de cuchitril, a juzgar por los anuncios de los principales portales inmobiliarios.
La crisis de la vivienda es tan profunda que ahora se ha convertido en algo habitual que en los pisos-estudio, en las grandes ciudades, el cuarto de baño prácticamente comparta el mismo espacio que el dormitorio y la cocina; retretes y duchas que se pueden ver desde la cama, minineveras, cocinas que solo tienen un microondas para calentar comida precocinada, techos bajos que apenas permiten ponerse de pie, y por supuesto, todo el espacio disponible aprovechado al máximo para hacer negocio.
Ya no existen recibidores en los pisos de alquiler con varias habitaciones para estudiantes, se han reconvertido y junto a la puerta de entrada de la casa puede haber una tele y un pequeño sofá, porque la antigua zona común que era el salón ahora se transforma en un dormitorio más grande por el que el afortunado inquilino paga una renta más alta; o muchas veces ese cuarto está destinado a parejas, que también pagan un plus.
Vinent lleva semanas recorriendo la ciudad condal, en la que su hijo ya cursó estudios y quiere permanecer para seguir formándose al tiempo que trabaja. Como ella hay muchos padres ahora mismo inmersos en el periplo de encontrar un lugar para sus hijos. En el Centre Municipal Universitari de Ciutadella ofrecen información sobre el acceso a la universidad, las becas disponibles, y últimamente también ayudan a interconectar a estudiantes que buscan o dejan viviendas.
Es un servicio municipal, pero está recibiendo a familias y estudiantes de fuera de Ciutadella. «Nosotros somos un punto de información, no una inmobiliaria», aclara Emilia Suárez, técnica de educación del Ayuntamiento de Ciutadella, pero ante la creciente preocupación por el problema de la vivienda, ella misma ha confeccionado una lista de alumnos que ofrecen y otros que buscan «hacemos de nexo de unión», explica.
El servicio está a punto de cumplir 25 años y en los últimos cinco, su responsable ha notado cómo la crisis de la vivienda afecta directamente a los estudiantes. «Los pisos están tan caros que hay familias que el primer año se decantan por una residencia», explica. Otras hacen la reserva en una residencia estudiantil de la ciudad en la que sus hijos quieren estudiar, y se arriesgan a perderla si luego el destino es otro. El aumento de las notas de corte, asegura, «añade más incertidumbre» y dispersa a los estudiantes, que hacen varias prescripciones.
Las cuentas solo dan para mudarse al extrarradio o a barrios conflictivos
26 comentarios
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I quants de lloguers d'estudiants es podrien pagar amb els milions d'euros que es gasten en promocions turístiques?. O amb falsos estudis de sostenibilitat dirigits, a costa de talonari i amb la participació, de cada cop menys nombrosa d'entitats de la societat que se n'adonen que és una pèrdua de temps d'un Govern incapaç d'aprovar res que no sigui beneficiar uns pocs... O en posar carreres com medicina, la major part de les places de les quals són ocupades per gent de fora?. En el cas de Medicina seria més barat pagar tota la carrera (estada inclosa) a tots els estudiants de les Illes que les vulguessin estudiar Estudiar fora sempre ha estat car. Cadascú ha de saber que pot fer: beca, ajuda dels pares, fer feina a l'estiu O fer feina i estudiar... 0, fins i tot, fer-ho a distància
@Pantomima7 creo que debería releer mi comentario. Finalizo diciendo precisamente lo que usted demanda pero dicho de otra forma. Yo digo la dificultad de mandar un hijo a estudiar fuera por la carestía de vida y el esfuerzo supone y usted puede más ayudas, totalmente de acuerdo. Lo de la FP hablo de países como Alemania, no mencionó para nada cuanto se oferta, si no como se estudia. En fin, no mate al mensajero porque simplemente abogó por mantener a nuestros hijos aquí, y si, si han de ir fuera, por las características de la isla, por la insularidad, por la falta de recursos evidentes en comparación con grandes ciudades que nuestros impuestos sirvan para mejorar las condiciones de futuro de nuestros hijos.
Ernesto PereiraEl comentario de Viriato no es de viejo, es de sensato. La fábula de la cigarra y la hormiga o la parábola de las vacas gordas y flacas no tienen edad. Son verdades eternas. Mucha gente hoy en día gasta en cosas absolutamente prescindibles como viajes, coches potentes, bares y restaurantes, mucha ropa, trastos tecnológicos, bicis carísimas... y después de gastar en caprichos no tiene para lo importante.
A estudiar a Menorca!!!!!! Que ara es pot!!!!!
Hasta aquíA ti te ayudó el gobierno de turno? En caso negativo, te ayudaron tus padres? O en caso negativo quizás tuviste que trabajar los veranos para costearte la carrera?
ViriatoSeguro que soy más viejo que usted y sin embargo su comentario me parece propio del abuelo Cebolleta.
JousHay que leer más y dejar de escuchar las charlas de tasca de Pablo Iglesias y Yolanda Diaz, de verdad, sales ganando...
Todo esto es muy relativo. Si los jóvenes y no tan jóvenes actuales se planteasen sus prioridades de gasto de una forma completamente diferente y mucho más sensata, tal vez la nómina les llegaría perfectamente para poder pagar un alquiler o hipoteca. Pero claro, hoy en día las prioridades parece que son muy distintas de las de nuestra generación. Hoy están acostumbrados a toda una retahíla interminable de gastos superfluos que ellos supongo deben considerar mucho más importantes que el hecho de pensar en ahorrar y reducir sus gastos en tonterías para así poderse costear una vivienda. Empezamos por continuos viajes durante todo el año a la mínima que hay un puente, vacaciones de Semana Santa, Navidad, verano, etc, tanto de corto como de largo radio y cuanto más lejos y más exóticos mejor, porque claro, luego habrá que subir un montón de fotos y vídeos a las RR.SS. para fardar y presumir con los amigos. Seguimos por un gasto incesante en ropa de vestir y deportiva última moda y de marcas carísimas; lo mismo con el calzado y demás complementos de todo tipo. Luego quién no tiene una bici de carreras o de montaña, que a lo mejor cuestan 6 ó 7 mil euros, más todo el equipamiento y accesorios, mantenimiento, reparaciones, etc. Luego, cómo no, qué menos que tener una buena motaza y un coche guay para chulear y presumir por ahí. Y naturalmente, hay que tener por supuesto un móvil carísimo de esos de la manzanita de última generación, que saldrá por unos módicos 1.500 euros o más. Luego están las cuotas de gimnasios, yoga, pilates, etc. Peluquería, manicura y pedicura, tratamientos estéticos y corporales, masajes, spa, etc. Salidas diarias a cafeterías para desayunar, aperitivos, meriendas, etc. Salidas frecuentes a comidas y cenas con los amigos y tal en buenos restaurantes. Y después de todo esto... ¡qué extraño...! resulta que no tienen suficiente para poderse pagar un alquiler o una hipoteca.... ¡¡Qué injusta es hoy la sociedad...!! Ay de verdad Mari Pili... o sea... es como.... en plan... ¿me entiendes?
Biel OlivarLos salarios medios no han recuperado el poder adquisitivo perdido y la mitad de las familias tienen problemas para llegar a fin de mes. Los que pueden ahorrar son muy pocos pero su mensaje es correcto, hay que esforzarse para ahorrar.
Biel Olivarhace unos 20 años ya pagábamos 1200 entre tres por un piso en Barna ,viejo, destartalado , antíguo ,,,,,,,,