Oro parece, plátano es: «El menorquín se ha pasado a la banana»

El kilo ya se vende a cerca de seis euros tras una escalada inflacionaria sin precedentes

Un par de manos palpan algunos manojos de plátanos | Foto: Josep Bagur Gomila

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Enfrascado en una escalada inflacionaria sin precedentes, lo que implica que en ciertos casos su precio de venta al público ya roce en la Isla los seis euros el kilo, el plátano de Canarias se ha convertido en un alimento, sino prohibitivo, sí selecto para la cesta de la compra, casi como una suerte de producto de lujo.

Además, su desorbitado coste ha disparado el consumo de bananas, fundamentalmente las que provienen del mercado latinoamericano –Ecuador y Costa Rica lucen como los más recurrentes en ese sentido. Optar por otras frutas –el resto de productos no han advertido un incremento a ese ritmo– es otra alternativa por la que se decanta el consumidor. En ese marco, el plátano tradicional habría visto decrecer sus ventas a la mitad, se estima en diversos puntos de venta de la parte de Maó.

Las causas de este brutal encarecimiento del precio del plátano canario, con indicación geográfica protegida (IGP), se presumen varias; las más relevantes, los elevados costes de producción y la mala cosecha que ha tenido este año Canarias, en lo que se detecta determinante, por un lado, que las temperaturas hayan sido menos calurosas de lo acostumbrado en invierno y en esta primavera, y por otro, los estragos ocasionados del paso de la borrasca Dorothea. En conjunto, eso ha hecho que la producción de este año sea menor que en ejercicios precedentes en las llamadas islas Afortunadas. También la oferta es menor por tanto, ante una demanda superior, de ahí ese incremento, prácticamente semanal, alcanzando los precios actuales, históricos por lo elevados.

Motivos

Cuanto menos, esa es la exposición que sintetiza la versión oficial. Una opinión que además comparten desde alguno de los principales distribuidores de la Isla, Menorcafruit. Ya ocurrió el «año pasado», evoca Emilo Goñalons, gerente de la empresa, que entiende que la «influencia» del cambio climático no se puede disociar de la actual coyuntura.

«Antes había más plátanos, faltan kilos y esto se rige por la ley de la oferta y la demanda, por eso esta subida», abunda Goñalons, que sin embargo entiende que la situación «es puntual». «En invierno era muy barato y ahora lo estamos pagando, no es cuestión de mercado, sí de falta de producto, pero hay alternativas, como la banana, y es un modo de conseguir el plátano más barato, aunque no es de Canarias», concluye.

Dicha apreciación la comparten desde diversos puntos de venta de Maó. La banana, que sale ahora al consumidor por «unos 2,8 euros», precisa Maria Caymaris, con puesto propio en Sa Plaça, está ganando mercado. «Antes tal vez no gustaba o quizá la gente la compraba del ‘súper’, donde la fruta no huele a nada. Pero si la banana es del tiempo, como la que me llega ahora de Ecuador, es un buen producto, asequible, está gustando».

En cuanto al plátano canario, Caymaris lo vende al consumidor por 5,40 euros, «apenas gano unos céntimos». «Y si sube más, optaré por no tener, si veo que es un abuso, no lo compro, es mi política», concluye.

Otros dos vendedores con puesto en Maó, que esta semana venden el plátano canario a 4,28 –sin margen de beneficio por eso– y casi 6 euros –con ganancia muy modesta–, respectivamente, proyectan idéntico discurso en alusión a la banana latinoamericana; está gustando a la gente, que declina por esa u otras frutas.

Y sobre las causas de este incremento de precios, uno de los vendedores considera que la principal obedece a una cuestión de mala gestión, en el sentido de que la exportación al exterior –del país– es lo que estaría provocando esta escasez y consiguiente encarecimiento del producto, ya que el no satisfacer la misma en sus cantidades comprometidas implica serias penalizaciones, de ahí que el plátano de Canarias escasee dentro de nuestras fronteras y se haya convertido en la fruta más cotizada de la cesta de la compra.

El incremento de precios afecta menos al resto de la fruta

 Al aumento del precio del plátano de Canarias no le es parejo un incremento en el precio de otros productos en la frutería, según coinciden los vendedores y distribuidores consultados. Sí que reconocen, en ciertos casos, que la subida de los costes, ya sea por requisitos de sanidad u otras cuestiones, propicia que se encarezca todo el ‘stand’, pero de modo gradual, no desorbitado, como sucede con el plátano.

Eso sí, los precios son cambiantes, sino de un día para otro, sí de semana en semana, lo que complica el poder ofrecer al cliente un precio fijo durante un periodo de tiempo prolongado.