La concesionaria de los amarres de la Illa del Rei los podrá ampliar y conectar a tierra con el islote

Autoridad Portuaria no ha expuesto el proyecto pero las bases del concurso prevén la opción de crear rampas de acceso a los pantalane

Un megayate navega por el puerto de Maó, cerca de la Illa del Rei, donde se encuentran el antiguo hospital naval y el centro internacional de arte Hauser & Wirth | Foto: Gemma Andreu

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La empresa La Azulona 2023, SL, elegida por Autoridad Portuaria de Balears (APB) para adjudicarle la concesión de los amarres en la ribera norte del puerto de Maó, podrá conectar los pantalanes flotantes próximos a la Illa del Rei con la superficie del islote protegido. Las bases del concurso que se convocó en 2023 para conceder la gestión por un plazo máximo de doce años así lo prevén, proponen dicha zona y la de Cala Llonga como de posible crecimiento y, en concreto, en la agrupación de la Illa del Rei permiten establecer pasarelas para el acceso desde la isla hasta los pantalanes de la zona.

De momento no ha sido expuesto el proyecto básico gracias al cual el Consejo de Administración de APB consideró la propuesta de La Azulona 2023, SL como la más ventajosa de entre las presentadas. La mercantil ahora gestiona los amarres, a través de la náutica Marina del Rei, con una autorización de ocupación temporal, hasta que se complete el trámite de la concesión y esta sea definitiva.

Dicho proyecto básico ha sido reclamado hasta en tres ocasiones por la entidad ecologista GOB –la última con una argumentación jurídica–, pero hasta la fecha no ha podido consultarlo, confirma la organización. «Hace meses que queremos ver ese proyecto y el de Sa Colàrsega», afirmó ayer el portavoz ecologista, Miquel Camps, quien no considera lógico el procedimiento seguido por APB, al proponer la adjudicación sin esa exposición pública del proyecto básico.

Pero Puertos alega que la concesión no está acordada de manera definitiva y que será ya el proyecto constructivo de la empresa propuesta como adjudicataria el que saldrá a información pública y entonces se podrá consultar.

Imagen de satélite en la que se aprecian los pantalanes actuales de la Illa del Rei.

Tampoco conoce el Ayuntamiento de Maó, propietario de la isla, las futuras actuaciones en la misma; su alcalde Héctor Pons recuerda que no tiene competencias en la zona marítima ni presencia en el Consejo de Administración de APB, ni ninguna información por parte del ente gestor del puerto de la ciudad.

Pasarelas y servicios

En las zonas de posible crecimiento como la Illa del Rei, las bases permiten establecer una o dos infraestructuras de nueva creación para el acceso desde la isla hasta los pantalanes, resultantes de la reordenación propuesta por cada licitador. A través de esas rampas, en el caso de que se habiliten, deberá facilitarse el servicio de suministro de agua y electricidad a los amarres de los citados pantalanes.

La dotación de servicios requiere de la colaboración con la Fundación Hospital Isla del Hospital, que conserva y gestiona el islote en el que el centro internacional de arte Hauser & Wirth abrió sus puertas en 2021. Las instalaciones existentes tienen una capacidad limitada de suministro eléctrico, que ya se da tanto a la galería como a la cantina.

Por otro lado, la conexión mediante pasarelas o rampas entre los pantalanes destinados a los barcos de recreo y la superficie del islote supondría abrir una nueva entrada a la isla, que la fundación tendría que controlar.

A la espera de que este proyecto se concrete, el GOB ya ha realizado consideraciones sobre esta concesión y el incremento de amarres que supone. A los 390 amarres que existen ahora mismo en la ribera norte, con las condiciones que rigen la futura concesión se podrían llegar a añadir 250 amarres más. Eso contradice, afirma la entidad, el estudio de capacidad de carga náutica de Menorca y que «demuestra que el litoral ya está saturado desde hace más de diez años».

Los ecologistas afirman que no se aprendió la lección de Cala Corb

Además de lanzar advertencias medioambientales, como que las minidesaladoras propuestas por las nuevas concesiones pueden alterar el agua del puerto, aumentando su salinidad, el GOB también señala que el proceder de Autoridad Portuaria genera conflictos que retrasan proyectos y que se podrían evitar. Como ejemplo pone los cuatro años de retraso y los gastos añadidos en la pasarela de Cala Corb, por no tener en cuenta la existencia de coral endémico bajo las aguas. En la zona donde se prevén actuaciones de la Illa del Rei tampoco se sabe que hay debajo, en el muelle sur ya hubo que traslocar madrépora mediterránea para poder ampliarlo.