Es Castell agota la paciencia con el incivismo del puerta a puerta e impone las primeras multas

Vecinos alertan de un repunte de suciedad en la población durante las últimas semanas

Un módulo para residuos de Es Castell; la imagen, indicativa | Foto: AAVV. DES CASTELL

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El Ayuntamiento de Es Castell ha empezado a imponer durante las últimas semanas las primeras sanciones económicas por no cumplir con el sistema de recogida de residuos fraccionado –el llamado puerta a puerta. Ya sea por vulnerar el horario establecido, por no cumplir con la fracción en función del día correspondiente o por no retirar el cubo del poste o del módulo colgador durante el día. Los motivos para incurrir en una falta en ese sentido son varios para un denominador común; castigo en forma de multa, «al parecer, lo único que la gente entiende», indica el concejal Pedro Pallicer.

El tercer teniente de alcaldía de Es Castell asegura que sancionar ha sido el último recurso y que antes de optar por esa vía «se ha intentado todo, dar todo tipo de facilidades a la gente», incluso la figura de educador ambiental, «que por cierto la próxima semana, los días 19 y 20, volverá a estar por aquí y visitará junto con la policía los puntos conflictivos», anota.

Y es que Pallicer, que a su vez, reivindica la labor que se está llevando a cabo desde el Consistorio de Es Castell en el tema de los residuos, entiende que el problema se concentra en «un par de puntos muy conflictivos» en que predomina cierto incivismo, pero «en ningún caso en todo el pueblo». Uno de esos puntos sería la entrada a la urbanización Santa Anna, donde «converge mucha gente».

«Como sucede en otros sitios, no vamos sobrados de efectivos policiales, pero tenemos un servicio de refuerzo del puerta a puerta y estamos en un 85 por ciento en cuanto a porcentaje de reciclaje, tan mal no lo estaremos haciendo», abunda el responsable de Medio Ambiente y Basuras, entre otras áreas, del Ayuntamiento de Es Castell. Y enfatiza en que precisamente las «excelentes» cifras que presenta la población en ese apartado permitirá «reducir tasas», lo que redundará en benificio de la población.

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Asimismo, Pedro Pallicer, que admite que se puede mejorar para tratar de erradicar la cuota de incivismo que oscurece el buen hacer de la mayoría de los vecinos, no relaciona directamente la problemática, o el repunte que desde ciertos puntos de la población sí se denuncia en ese orden, con el alquiler turístico o segundas residencias.

Por último, el concejal lamenta que la Associació de Veïns des Castell, en lugar de ayudar, «dramatice y lo politice todo».

Vecinos

Precisamente pulsamos el parecer del colectivo vecinal, que a través de su presidenta, Prado Urbina, definen de muy malo el estado de ciertas calles de Es Castell.

Urbina, lugareña de nacimiento, que pone de relieve que la mayoría de vecinos está «a favor» del sistema de recogida fraccionado, sí detecta «que en las últimas dos semanas» ha habido un incremento en cuanto a incivismo, lo que deriva en «basura tirada en cualquier sitio, otra que se amontona en puntos muy concretos» y que en su opinión, «sí» está relacionado con el alquiler turístico y las segundas residencias.

Urbina, que además pone en duda «que exista» la figura del educador ambiental, dice haber hecho una instancia al Ayuntamiento, «a la que ni han contestado». Asimismo, cuestiona que el Consistorio «crea realmente» en ese sistema y asegura sentir «vergüenza» de lo «sucio» que está el pueblo.

El apunte

El policía verde compartido con Maó que no llega a concretarse

El concejal del Ayuntamiento de Es Castell, Pedro Pallicer, desvela que una de las iniciativas para tratar de mejorar la eficacia del sistema puerta a puerta sería instituir una suerte de «policía verde», que operaría en Maó y en Es Castell –cuyo contrato para la concesión es compartido– y que se dedicaría «a patear todo el día» por ambas poblaciones. Aunque esa opción quedó paralizada, hace unos meses, también a raíz de que Maó se planteara renunciar a la concesión, lo que finalmente no ocurrió.

Pero es una posibilidad que se mantiene viva. Y en ese marco, Pallicer entiende que «es el futuro», del mismo modo que la «propia» gente debe hacer más de su parte, «y si ve que algún vecino comete algún acto incívico, hacérselo ver o denunciarlo», apostilla.