El precio imposible de la vivienda en Menorca expulsa a los residentes hacia las urbanizaciones

El déficit de oferta y el alto coste en los núcleos urbanos obliga a buscar casa en las urbanizaciones, hasta ahora reservadas al turismo

Vista de los bloques de apartamentos en el Arenal d’en Castell, una urbanización de turistas y veraneantes que está ganando habitantes durante todo el año | Foto: Gemma Andreu

TW
41

Comprar un piso de 90 metros cuadrados en Maó costaba al cierre del primer trimestre un precio medio de 229.347 euros, 36.000 más que hace un año, y es probable que adquirirlo ahora sea aún más caro porque la subida de los precios de la vivienda se ha acentuado y en la capital de Llevant el metro cuadrado ya se paga a 2.548,3 euros. El incremento es del 18,64 por ciento.

En Ciutadella el precio medio de ese piso tipo para una familia se situó entre enero y marzo de 2025 en 289.035 euros, 32.643 euros más que en 2024. En la ciudad de Ponent se paga a 3.211,5 euros el metro cuadrado, con un incremento en el arranque del año del 12,73 por ciento.

Las agencias inmobiliarias no tienen producto en ambas ciudades y en los pueblos de Menorca para cubrir la demanda de los pisos que cuestan en torno a los 220.000 o 250.000 euros –que ahora ya se considera un precio normal–, por eso muchos residentes, por obligación, miran a las urbanizaciones, tanto para la compra como para el alquiler.

«Cada vez hay más gente que vive en la costa», corrobora una agente de la propiedad inmobiliaria de Es Mercadal. En algunos casos son jóvenes menorquines que no pueden comprar o alquilar en sus localidades de origen; también hay nuevos residentes que vienen por motivos laborales a la Isla o que teletrabajan.

Las urbanizaciones, pensadas para el veraneante, no están preparadas para el invierno pero la escasa oferta y los altos precios en los pueblos están desplazando a muchos isleños a zonas antes solo reservadas para el turismo.

Subidas encadenadas

Los precios de la vivienda no dan tregua en toda España, entre enero y marzo subieron un 12,2 por ciento, el mayor incremento en un primer trimestre en los últimos 18 años, pero ese aumento se disparó aún más en ciudades pequeñas como Maó, con ese aumento del 18,64 por ciento, y Ciutadella, con un 12,73 por ciento.

En ambos municipios son los incrementos más pronunciados de la última década, con la salvedad del repunte experimentado en Ciutadella en 2022. Ambas poblaciones venían ya de aumentos del precio de la vivienda del 12,66 por ciento, en Maó, y del 8,38 por ciento, en Ciutadella, en el mismo periodo de 2024.

Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), por tipo de vivienda y en el ámbito estatal, la subida ha sido similar, un 12,3 por ciento la de segunda mano y un 12,2 por ciento la obra nueva.

No hay señales de que la escalada se vaya a detener. Los precios encadenan 40 trimestres al alza en un contexto marcado por el actual déficit de vivienda ante una demanda creciente, lo que tensiona el mercado.

Las subidas de dos dígitos se han registrado en todas las comunidades y ciudades autónomas, con mayores aumentos en Andalucía y Melilla, ambas con un 14 por ciento, superadas en más de cuatro puntos porcentuales por Maó.

Los agentes inmobiliarios consultados constatan que, ante la subida de los precios del alquiler, más personas buscan adquirir una vivienda –las bajadas de los tipos de interés también animan a quienes tienen que hipotecarse–, pero escasea el producto que buscan. «Hay interés por comprar, pero en Alaior no quedan casas de 200.000 euros, y si salen, se venden rápido», comenta un agente de la propiedad, que ha constatado el aumento de clientes procedentes de otros municipios. En Es Mercadal, otra profesional que confirma el éxodo hacia urbanizaciones que antes hibernaban. «La gente se desplaza porque los pueblos son ya muy caros, en Es Mercadal los precios han subido un 30 por ciento en dos años, es un tema de Estado, si esto sigue así esto se convertirá en un Mónaco o un Saint-Tropez.