Los camareros, contentos, presumen que la subida «quizá» sea insuficiente

Lo duro del trabajo y el coste de la vida justifican el aumento, dicen

Los camareros valoran el incremento y que en Balears su labor está mejor retribuida que en otros sitos | Foto: Josep Bagur Gomila

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El incremento del 13,5 por ciento durante el próximo trienio, con la subida del 6 por ciento que se aplica desde el primer año, convierte a los trabajadores de Menorca y de las Illes Balears en su conjunto en los mejor retribuidos de todo el sector de la hostelería del estado español.

La subida, por tanto y lógicamente, no ha generado voces críticas entre los profesionales del gremio, aunque sí algunas apreciaciones. En ese sentido, la muestra consultada por este diario alude al costoso de la vida en la Isla –y en todo el Archipiélago–, con especial hincapié en el precio de la vivienda, además del ritmo y rapidez con que todo se encarece, como argumento en su favor y justificante de un aumento que, en cualquier caso y por eso, «podría haber sido mayor», deslizan.

La dureza y exigencia del trabajo que llevan a cabo, que en ciertos casos se concentra en dos-tres meses, lo intempestivo de los horarios o la obligación de hacer horas extras –si bien algunos empleados ‘recuperan’ en invierno u otros lo presumen como una cuestión inherente a las labores de temporada–, son otras razones que respaldan dicha subida, entienden los interesados.

Y cabe considerar también que muchos de esos camareros o cocineros provienen del mercado laboral peninsular. Difícilmente vendrían a la Isla de no gozar de unas condiciones más satisfactorias que las que ofrecen sus lugares de origen, con el problema que eso supondría en la economía local.

«Buena noticia»

«Un aumento de sueldo siempre es una buena noticia, la hostelería es un trabajo duro; esta subida es merecida y justificada», analiza Jessica Gomila, empleada en el Bar Restaurante Calucha, en el puerto. Y añade. «Por ejemplo, a mí me acaban de subir el alquiler, veo lógico que suban también los sueldos».

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«Contenta», con su horario de trabajo, que no repercute en acumular muchas horas extras, y «a la espera» de ver qué incidencia tendrá este incremento en los impuestos, Jessi reflexiona, por otra parte, sobre lo que podría significar restituir el contrato de aprendiz –desde el planteamiento de que resulta contraproducente que alguien con bagaje o experiencia cobre lo mismo que quien carece de ella. «Quizá sí al principio, pero depende, a veces hay gente con contrato de ayudante que luego asume mucha más tarea», concluye.

Albert, empleado en el Restaurante Arjau, comenta por su parte que «cualquier subida es positiva». Pero precisa que según «cuesta todo; la vivienda, la alimentación, la energía...» dicha subida es «algo escasa». «Es un 13 por ciento, sí, pero dentro de tres años, con lo que sube todo, nos quedaremos de nuevo obsoletos en ese sentido».

«Por el trabajo que es, las horas que le echamos y lo caro que está el nivel de vida en España, no nos sentimos bien pagados, sinceramente», prosigue Albert, que por otra parte no vislumbra en las horas extras un motivo de queja.

María y Sandra trabajan en Asorbos Tapas and Drinks. Ambas provienen de la Península y llevan algunos años viniendo a Menorca para trabajar. Celebran esta subida, también «justa» en función de «los alquileres», coinciden. Conocen lo que es este gremio en otros rincones del país y aseguran sentirse «bien pagadas» en Menorca. «El convenio de Balears es mucho mejor que en otros sitios, compensa venir aquí», matiza María. «Muchos vivimos todo el año de lo que ganamos en verano, este aumento nos ayudará, tenga paro o no», añade Sandra por su parte.

Sheila Gutiérrez, vallisoletana, «muy contenta» con su trabajo en un restaurante del puerto, donde cobra «una pasta», percibe que «se respetan las condiciones», ve «bastante bien» la subida salarial, «más como están los alquileres, sin duda es un avance», y reconoce que le toca hacer horas extras, pero lo asume como algo inherente «a trabajar en la hostelería».