TW
0

Los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca apelaron este viernes al principio de "presunción de inocencia" y expresaron su "colaboración con la justicia" en el caso de abusos sexuales y maltrato habitual sobre los internos de la Casa de San Francisco de Asís, en Córdoba, un centro para discapacitados mayores de edad.

CÓRDOBA, 14 (EUROPA PRESS)

Los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca apelaron este viernes al principio de "presunción de inocencia" y expresaron su "colaboración con la justicia" en el caso de abusos sexuales y maltrato habitual sobre los internos de la Casa de San Francisco de Asís, en Córdoba, un centro para discapacitados mayores de edad.

En un comunicado, mostraron además su convencimiento de un "final justo para todos"; pues creen "firmemente en la acción de los jueces y en el esclarecimiento de los hechos". Igualmente, expresaron el dolor que "la situación vivida en el centro de Córdoba está causando a los religiosos, familias de los residentes, colaboradores y trabajadores de la Institución".

La Cruz Blanca garantiza la "plena normalidad en el funcionamiento del centro" y asegura la calidad en la atención debida a los usuarios del mismo. Finalmente, agradeció "el apoyo, la solidaridad y la cercanía de instituciones, comunidades, particulares, familiares y amigos en estos momentos de sufrimiento".

La titular del Juzgado de Instrucción número seis de Córdoba imputó hoy por abuso sexual a un ex trabajador de la Casa de San Francisco de Asís, por lo que ya son tres los imputados por esta causa, dos de los cuales son religiosos.

Según informaron a Europa Press fuentes judiciales, el nuevo imputado, S.R.D., que hace tres años que dejó de trabajar en dicho centro, ha quedado "en libertad sin ningún tipo de medida cautelar" tras prestar declaración hoy en el juzgado.

Además, declararon hoy otras dos personas más en calidad de testigo. Una de ellas, Carmen, lleva trabajando en el centro cinco años y manifestó ante el juez que no ha visto nunca ningún tipo de maltrato por parte del hermano Manolo, director del centro, imputado por un delito de abusos sexuales y otro de maltrato habitual, junto al otro religioso, F.G., en este caso imputado sólo por un delito de abusos sexuales a los internos.

Esta testigo señaló que lo único que puede hablar sobre el hermano Manolo es cosas buenas porque "es como un padre para todos los niños" y si les ha tenido que reñir lo ha hecho, pero nunca ha presenciado un maltrato, afirmó. Añadió que lo único que ha hecho Manuel Ortiz es "luchar por todos los niños con una labor grandísima en Córdoba", por lo que insistió en que sólo puede decir "cosas buenas del hermano Manolo y de toda la casa".

UNA VENGANZA

La trabajadora del centro manifestó que teme que todo este asunto "sea una venganza de gente que ha salido o que han perdido ciertos privilegios que tenían", por lo que, en su opinión, "sería una gran sorpresa que finalmente saliera culpable de esos delitos". Insistió en que "había gente que estaba enemistada con el hermano Manolo y que son ex trabajadores".

Por su parte, María José, ex trabajadora del centro, también declaró hoy ante el juez como testigo e igualmente señaló que en el tiempo que estuvo allí no vio "nada raro". Precisó que "la imaginación de los niños es muy abierta y dicen cosas que no son reales como, por ejemplo, que su madre no es su madre o que estaban embarazados cuando realmente no era así".

De este modo, dijo que hay que tener en cuenta que "los niños pueden fantasear porque imaginan y sueñan". Aseguró además que los internos están bastante atendidos y que su madre lleva 30 años de voluntaria en la Cruz Blanca y "si hubiese visto algo no lo hubiera consentido".

Igualmente, quiso dejar claro que "el hermano Manolo los baña, les de comer y la medicación, por lo que es como un padre para ellos. Y si ha tenido que reñirles porque el niño se ha puesto agresivo o le ha tenido que dar un azote en el culo lo ha hecho, pero yo no he visto nada de abusos ni maltrato", subrayó.

Los dos hermanos están libres, aunque como medida cautelar, el juez les prohíbe acercarse al centro, que el miércoles abandonaron. Además, se les prohíbe comunicarse con los trabajadores y los residentes del centro.

El origen de la investigación se remonta al pasado 7 de octubre, cuando la Policía conoció un escrito anónimo en el que se denunciaban supuestos abusos sexuales a un interno en la sede de la Cruz Blanca por parte de un colaborador externo, A.C.U.P., que está acusado de un delito de abusos sexuales, por el que ingresó en prisión y cuya instrucción continúa de forma paralela a la de los religiosos.

Este trabajador fue detenido en Granada el pasado 22 de octubre y el fiscal pide para él seis años de cárcel por un delito de abusos sexuales contra un residente discapacitado.