Menorca Alaior colegio concertado La Salle parte del edificio | Gemma Andreu

TW
0

Un comercial de la península, de colchones, colchonetas y material similar para centros educativos protagonizó un sorprendente hurto el viernes, día 20, en el colegio La Salle Alaior. Debió aprovechar un despiste para entrar en Secretaría y llevarse la cartera de un cajón con unos 1.000 euros del colegio, en efectivo. Al advertir la falta, los responsables del centro denunciaron el robo ante la Guardia Civil de Es Mercadal. Al visionar las cámaras de seguridad comprobaron quién había sido el autor del hurto.

«No tengo tiempo, me voy». La Guardia Civil instó al personal del centro a que telefoneara al presunto responsable con una excusa para que regresara al colegio. Éste contestó que era imposible porque ya estaba en el aeropuerto para tomar el avión de regreso a su ciudad. La Guardia Civil, entonces, lo tuvo fácil para proceder a su detención antes del embarque. El hombre reconoció en seguida los hechos y devolvió los 1.000 euros aunque fue conducido a los calabozos del cuartel.

La mamá responsable. Fue el 24 de abril cuando alguien rompió el cristal de la ventana del salón de actos del colegio La Salle Maó para entrar a robar cuatro ordenadores portátiles y tres robots que habían construido los alumnos del centro para el taller de robótica, suspendido por este motivo. El material, felizmente, ha aparecido gracias a la determinación y responsabilidad de la madre del autor del hurto.

Noticias relacionadas

Disculpas y denuncia. La mujer se personó en el colegio La Salle Maó ante el director, dijo que su hijo había sido el autor del robo y pidió disculpas por ello. La madre del adolescente había acudido con anterioridad a la Policía para entregar el material informático robado por su hijo. Algunos de los ordenadores recuperados tienen la pantalla quebrada. El colegio no ha retirado la denuncia para que el seguro cubra los desperfectos. La resolución del caso y la identidad del menor han sido trasladadas a la Fiscalía de Menores.

El viaje de fin de curso. ¿Quién no guarda en su memoria aquellas juergas históricas en los viajes de fin de curso?. La autoridad del profesorado se vuelve más laxa, el control parental no existe y los más espabilados la lían de día y de noche, tanto en el hotel como en las excursiones o las salidas nocturnas.

Macrobotellón y multas. Claro que ese gran desmadre a veces tiene consecuencias, no solo en las quejas de los otros huéspedes del hotel sino en la propia calle. Ocurrió en la madrugada del viernes cuando un numeroso grupo de estudiantes catalanes de grado superior, de viaje de fin de curso en la Isla, se pasaron en Es Pla de Ciutadella con un macro botellón. Una vecina de la calle Sa Muradeta contactó con la Policía Local para informar de las molestias que provocaban. Los agentes acudieron y acabaron multando a tres jóvenes de entre 20 y 23 años por consumir alcohol en la vía pública. Una anécdota del viaje más para contar.

Prácticas bomberos. Los bomberos de Ciutadella se mantienen al día con la realización de prácticas periódicas. El pasado miércoles hicieron un simulacro de vertido de cloro y el protocolo a seguir para neutralizar sus efectos y controlar los gases con el uso de los equipajes para materias peligrosas.