Joan Pol, de emergencias, junto con policías y el conseller Javier Ares. | Josep Bagur Gomila

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La Guardia Civil, junto con las administraciones implicadas, ha abierto una investigación para encontrar la embarcación que el viernes seccionó el cable eléctrico que está conectado a Mallorca, lo que provocó la fuga del aceite refrigerante que se encuentra en el interior del conducto que transporta 132 kilovoltios/hora.

Están seguros que fue el ancla de una gran embarcación que, además, fondeaba en una zona prohibida declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC). Desde Red Eléctrica, la empresa encargada del servicio eléctrico, señalan que el cable se instaló hace más de cuarenta años y que, por tanto, su presencia está garantizada en todos los mapas cartográficos, ya sean digitales o en papel.

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Un hecho que agrava aún más la ilegalidad y negligencia del yate. Por otro lado, Red Eléctrica dispone de un sistema de detección de embarcaciones a través de GPS que es de obligado cumplimiento para barcos de gran eslora.

En este caso, sospechan que el yate podría haber apagado los sistemas de localización para impedir ser rastreado por las autoridades competentes.