El capitán de la Benemérita, Roberto Tirado, al mando de 20 agentes, revisa la zona donde se originó el fuego. | Javier Coll

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Una negligencia infantil entre un par de adolescentes, quizás tres, que deambulaban por la parcela forestal de la calle Torrol·lera en las dos horas previas al inicio del incendio fue la causa de su origen, según determinó ayer poco antes de las 2 de la tarde la Conselleria de Medio Ambiente del Govern Balear.

Los especialistas de incendios del Seprona, de la Guardia Civil, desplazados desde Mallorca, encontraron durante la mañana una especie de teja con un cordón enrollado a modo de honda desde el que habrían lanzado el petardo, justo en el lugar donde se originó el fuego. También hallaron un mechero con el que pudo haberse prendido el petardo antes de ser lanzando unos metros más allá con la honda fabricada por los causantes del incendio.

El testimonio de algunos vecinos de la zona de Punta Grossa, junto a esa parcela donde aparecieron las primeras llamas, resultó determinante para que los agentes de Medio Ambiente llegarán a la conclusión de las causas que originaron el siniestro, aunque nadie pudo identificar a los menores. Según esos testimonios se escucharon risas infantiles desde la calle tras estas explosiones. «Oímos un petardo, algunas carcajadas y poco después salimos y ya vimos las llamas que crecían y avanzaban con rapidez por lo que en seguida llamamos al 112», explicó un vecino.

«Los indicios son muy evidentes y constatan las explicaciones de los residentes en la zona», señaló ayer tarde a «Es Diari» una fuente de la Conselleria de Medio Ambiente.

La Guardia Civil, a partir de las declaraciones de los vecinos y del artilugio encontrado en la zona, trata de dar con los autores del peligroso juego que derivó en el mayor incendio de los últimos años en la Isla. Los especialistas del Seprona también recabaron muestras del material hallado para analizar las huellas que permitan la identificación de los autores. Hoy podría tomar declaración a otras personas próximas al lugar al tiempo que recaba más información sobre los primeros testigos del incendio.