Jóvenes turistas observan los productos de una carretilla en Son Saura .

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Doce y media del mediodía. El calor aprieta en una de las calas del sur de Ciutadella. Una pareja de jóvenes turistas descansa sobre la arena y combate las altas temperaturas con intermitentes chapuzones en el mar. Un joven con una gorra calada, riñonera a la cintura y una carretilla repleta de fruta fresca se les acerca. Ofrece piñas, cocos y sandía, todo cortado y preparado en el momento. Los visitantes no se pueden resistir y abonan el precio pactado con el vendedor ambulante en cuestión de segundos. Una vez finiquitada la transacción, el joven se aleja buscando otros potenciales clientes en la playa.

Esta situación tipo se vive cada día en zonas como Cala en Turqueta, Macarella o Son Saura; por citar tres ejemplos. El arranque del verano ha venido acompañado de una gran presión humana en las playas vírgenes de la ciudad de Ponent –las zonas de estacionamiento de Turqueta o Macarella ya se cierran cada día a las 9.30 de la mañana– y los comerciantes sin licencia se han instalado en la orilla del mar.

Por ello, la Policía Local de Ciutadella ha comenzado a actuar contra unos vendedores que infringen la ordenanza municipal de playas. Así, en el presente mes de junio ya se ha actuado en tres ocasiones diferentes. La última operación tuvo lugar el pasado miércoles en Cala en Turqueta. Una joven de 27 años fue denunciada por incumplir la normativa y se le decomisó toda la mercancía. Los agentes se incautaron de un total de 40 cocos, 31 piñas y cinco sandías. Además también le retiraron sus herramientas de trabajo: un cuchillo, un martillo y una carretilla.

La mujer sancionada se enfrenta a una posible multa que oscila entre los 751 y los 1.500 euros, ya que la venta en playas está tipificada como una infracción grave. Toda la mercancía incautada se entrega a Cruz Roja y los enseres utilizados a entidades sin ánimo de lucro.

Previsible aumento

Desde el Ayuntamiento de Ciutadella apuntaron este jueves que sus intenciones pasan por estar vigilantes durante toda la temporada alta. De hecho, son conscientes de que este tipo de situaciones pueden ser mucho más numerosas durante los meses de julio y agosto. Sin embargo, los problemas de personal no permiten realizar una campaña específica.

Oriol Baradad, concejal responsable de Policía Local, apuntó que «tenemos muy claro que este es un escenario que afecta a nuestras playas, pero la ley Montoro no nos permite contratar más agentes. Cuando se modifique la normativa destinaremos más recursos».

Hasta 2010 –cuando la Policía Local contaba con 70 agentes operativos– un cuerpo de cuatro efectivas vigilaba las playas de forma exclusiva. Ahora –con 45 profesionales en nómina– la tarea es ejercida por una pareja de policías.