La denuncia de las cuatro enfermeras del Hospital se suma a la del IB-Salut y a la del Colegio de Enfermería.

TW
5

Cuatro enfermeras del Hospital Mateu Orfila han presentado denuncia penal contra el médico de la Unidad de Cuidados Intensivos, J.C.L.E., por un delito contra la intimidad y el honor, al haber sido grabadas en el vestuario femenino del departamento con un teléfono móvil del acusado. La investigación debe determinar cuántas grabaciones efectuó, al menos en los últimos dos años, y en qué lugares del centro.

La denuncia de las cuatro profesionales contra el galeno de origen peruano se suma a la interpuesta en Comisaría por la dirección del propio IB-Salut en Menorca, y a la de Colegio Oficial de Enfermería de las Illes Balears tras tener conocimiento de su detención el 27 de agosto.

El Colegio Oficial de Médicos de Balears acordó en su junta de gobierno celebrada la pasada semana, personarse en la causa aunque, por el momento, sin presentar acusación contra su colega. «Hemos abierto un expediente informativo y nos personamos en el proceso para estar enterados de lo que va sucediendo», ha explicado a este diario la presidenta del Colegio, Manuela García Romero». El colectivo no prevé tomar ninguna decisión hasta que no haya una sentencia al respecto. J.C.L.E. fue suspendido de empleo y sueldo por el Área de Salud de Menorca nada más conocerse su detención y, por ahora, no se ha dirigido al Colegio para solicitar ningún tipo de apoyo o gestión.

El médico, de una enorme consideración profesional por pacientes y compañeros hasta que se conoció su afición de ‘voyeur’, situaba su teléfono móvil camuflado en una caja para grabar vídeos y conversaciones de las enfermeras cuando se cambiaban. Tras ser descubierto el aparato por dos enfermeras y dar cuenta primero a la seguridad del Hospital y luego a la Policía, el galeno llegó a retirar el móvil camuflado antes de que llegaran los agentes, aunque minutos después fue él mismo quien acudió ante ellos y admitió en el centro hospitalario, que el móvil era suyo, que no sabía por qué hacía las grabaciones y que tenía un problema, lo que supuso su inmediata detención. Incluso llegó a admitir que no podía recordar el número de veces que había grabado a sus compañeras ni en qué otros vestuarios femeninos del hospital también lo había hecho.

La pasada semana las cuatro enfermeras denunciantes prestaron declaración en los juzgados de Maó. La Policía Judicial todavía investiga el contenido del ordenador y otros soportes digitales que le fueron intervenidos al médico acusado, tanto en el Hospital como en su domicilio.