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Juan Antonio Martínez Martínez, de 89 años de edad, natural de Murcia aunque residente en la Isla donde ya nacieron sus tres hijos, era interno del Hospital Geriátrico Municipal de Maó desde hace 8 años. En un rellano del tercer piso donde se encontraba su habitación fue hallado muerto el jueves por la tarde, sobre las 17 horas, tras haberse precipitado con su silla de ruedas por el primer tramo de la escalera.

La Policía Nacional, como informaba este viernes este diario, investiga las causas que originaron esa caída fatídica, especialmente difícil de asimilar para su familia que había estado con él paseando esa misma mañana y lo había notado algo adormilado. «No es posible que mi padre llegara él solo hasta las escaleras porque no tenía fuerzas para abrir las dos puertas y además veía poco», explica una de sus hijas. La primera, de cristal, da al rellano desde la planta, y la siguiente, contra incendios, a las escaleras.

Las cámaras de seguridad del Hospital podrán aportar luz al suceso porque deben mostrar cómo Juan Antonio Martínez fue capaz de acceder hasta el rellano de las escaleras. En principio, o las dos puertas habían quedado abiertas por algún descuido, o alguien le acompañó hasta ese lugar por el que se precipitaría.

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Una de las ocho auxiliares de guardia encontró la silla tras la puerta y al hombre ya inerme caído al final del primer tramo de la escalera. No se sabe cuánto tiempo había transcurrido hasta que se descubrió su cuerpo.

Esa es la única explicación facilitada a la familia. Probablemente, una confusión de una enfermera que informó a la hija cuando esta llegó al Geriátrico sobre las 19.15 horas, le hizo acudir a ella y a su hermano al Hospital Mateu Orfila, pese a que a este la Policía le había comunicado el fallecimiento de su padre. En el Hospital les indicaron que no había ningún ingresado con ese nombre por lo que regresaron al Geriátrico donde entonces sí recibieron la información de que a su padre acababan de trasladarlo ya al Tanatorio.

«Sí, yo pienso mal», señala una de las hijas que aguarda al resultado de la investigación policial para saber los motivos de una muerte «que no se puede desear ni a la peor persona, es algo muy cruel». Indica la mujer que denunciaría lo sucedido si dispusiera de recursos para ello, aunque nada le pueda devolver ya a su padre, que este sábado será enterrado tras el funeral previsto a la 1 del mediodía. El viernes por la mañana se le practicó la autopsia.