Un episodio reciente en la finca de Son Olivar de Ferreries.

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Una vaca del predio de Son Olivar, en Ferreries, se quedó atorada en el Torrent de Trebalúger, poco antes de llegar a su desembocadura. El payés denuncia que no es la primera vez que ocurre un hecho similar, que le obliga a tener que ‘rescatar’ al animal solo, con un importante esfuerzo.

El torrente está lleno de vegetación y barro, lo que impide que el agua corra como debería, evitando el riesgo de que las reses se enzarcen en él. Explican quienes conocen bien el terreno que en algunos puntos es tan densa la presencia de árboles y arbustos que el agua ni puede pasar, por lo que se desvía por otros derroteros, lo que genera un perjuicio a la finca en cuestión.

Los afectados aseguran que han solicitado en muchas ocasiones a las administraciones públicas que se ocupen de limpiar el torrente para que el agua fluya por él como es debido, pero sin obtener una respuesta efectiva al respecto. No está permitido, paradójicamente, que el payés o el propietario de cada finca se ocupe de la propia limpieza del torrente, puesto que se tiene que realizar con unos parámetros determinados.