Imagen de la zona por la que se precipitó el joven en Cala en Blanes. | Josep Bagur Gomila

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Un joven de 24 años de edad, natural de Ciutadella, resultó herido grave en la madrugada de ayer sábado cuando se encontraba en la zona del palmeral, en Cala en Blanes, cerca de la playa en la calle Simón de Olivar.

El hombre se dirigía a tomar un taxi junto a dos amigos cuando se detuvo a orinar a la altura del canal que conduce a la playa, que al parecer no vio, y se precipitó al suelo, explicó ayer su familia. Sus amigos siguieron caminando y él mismo tuvo que llamarles para informarles que se había caído y necesitaba ayuda. Una vez avisado el servicio de Emergencias, el herido fue rescatado por una dotación del parque de bomberos y posteriormente una ambulancia le trasladó al Hospital Mateu Orfila donde fue intervenido de una fractura en la pierna. Acudieron además de los bomberos, efectivos de la Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía de Ciutadella.

Vecinos del lugar habían explicado a este diario que un grupo de unos 30 jóvenes estaba practicando botellón por aquella zona un día más, siguiendo la fiesta iniciada con con anterioridad en locales de la urbanización, como suele ser habitual, y relacionaron el accidente del joven con este grupo, lo que ayer fue desmentido con rotundidad por su familia.

Los vecinos de la zona, en Cala en Blanes, han hecho llegar a este diario «la indefensión en la que nos encontramos». El palmeral, explican, se ha convertido en una zona «perfecta» para botellón, ya que está iluminado toda la noche, «sin presencia policial», ya que tanto la Policía Local como la Nacional «nos dicen que se ven desbordados» dado que no tienen efectivos suficientes. Todo ello tiene como resultado, explican, «el ataque al bienestar de los vecinos que nos vemos desamparados, día tras día, a partir de las 2.30». Añaden que incluso resulta peligroso para la integridad física de los propios alborotadores, ya que sin control policial, «la situación se desmadra cada vez más», indicando que resulta insostenible, «no muestran ningún respeto por el descanso, con gritos, peleas y concentraciones de entre 40 y 50 personas».