La Policía tuvo que romper el cristal para sacar a los niños. | ARCHIVO

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Dos meses de prisión que no cumplirá al carecer de antecedentes penales es la condena que recayó ayer en un hombre por haber dejado a sus dos bebés de un año y un mes de edad, en el interior de un coche estacionado en el parking de un supermercado de Maó el 27 de julio del año pasado, a las 13.30 del mediodía.

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La acusación se dirigía también contra la madre, pero finalmente su abogado, Ignacio Florit, pudo demostrar que no se trató de una negligencia grave porque los niños no corrieron peligro en ningún momento. El letrado incidió en que la temperatura no era de 34 sino de 27 grados, y que el tiempo transcurrido entre que el padre salió del coche y regresó junto a su mujer fueron 20 minutos pero no 50 como indicaba la acusación. La madre quedó absuelta.

Según la defensa el padre se había quedado en el coche con los niños pero cuando vio que su mujer se había ido al supermercado sin el bolso fue a entregárselo dejando a los niños en el vehículo cerrado, y se demoró en el regreso porque la acompañó cuando esta se dirigía a la caja a pagar. Avisada la Policía Nacional, los agentes rompieron el cristal para liberar a los bebés después que los padres no hubieran escuchando el aviso por megafonía en la misma superficie comercial.