El juicio se celebró el 14 de julio en Ciutadella, aunque el acusado declaró desde la cárcel.    | MANOLO BARRO

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El rechazo social que supuso la acusación a un taxista de Ciutadella por haber arrollado, supuestamente, a su expareja el 22 de agosto de 2019, ha concluido con la absolución del inculpado, que hasta hace pocas fechas había permanecido en prisión por acumulación de otras condenas.

El magistrado-juez del Juzgado Penal de Maó, Antonio Miguel Fernández-Montells, recoge en su sentencia que no hay pruebas de cargo suficientes para acreditar el atropello voluntario del hombre a la que fuera su novia en la parada de taxis de la Plaça de Ses Palmeres. La mujer sufrió varias fracturas costales, erosiones en diversas partes de su cuerpo, precisó ingreso hospitalario y tardó 60 días en recuperarse, tras pasarle las ruedas por encima de su cuerpo.

Sobre el taxista pesaban otros dos delitos de violencia doméstica con la misma mujer, aunque la acusación de uno de ellos fue retirada por el fiscal en el juicio celebrado el pasado 14 de julio.

Ha contribuido decididamente a la absolución del inculpado el hecho de que la mujer retirara la acusación en la vista oral y se acogiera a su derecho a no declarar, con lo que las manifestaciones que había hecho durante el periodo de instrucción carecieron de validez para la sentencia. El fiscal pedía cuatro años y diez meses de condena, y otros veinte meses de prisión a ella, también acusada por dos delitos de violencia doméstica contra su pareja.

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Ambos han resultado absueltos con lo que también evitan tener que abonar la indemnizacion de 4.793 y 1.307 euros, respectivamente, por las lesiones que se causaron en los diferentes episodios que se juzgaban.

El hombre aseguró en el juicio que apenas recordaba lo sucedido en el largo interrogatorio al que le sometió el ministerio público. Los testigos de referencia no presenciaron los hechos aunque sí escucharon gritos por la discusión y vieron a la mujer sobre el asfalto. Así ha prevalecido la postura que siempre ha defendido el abogado del acusado, José de Juan López, ya que nadie podía acreditar que la mujer hubiese sido atropellada por su cliente, o cuanto menos que aquel lo hubiera hecho a propósito.

El mismo letrado ya había logrado el archivo de otra acusacion al mismo hombre, denunciado meses atrás por su pareja a causa de una presunta violación que no se demostró.

En la causa contra el taxista se personó el Govern, que en un principio consideró los hechos como una tentativa de homicidio mientras la juez de Ciutadella estimó que se trataba de un delito de lesiones por el que finalmente fue juzgado y absuelto.