El hombre acumula otros castigos por hechos violentos que le han llevado a cumplir diversas condenas en la cárcel de Menorca y en la de Palma. En la imagen, uno de los últimos juicios en el que fue condenado por un delito de agresiones. | Archivo

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Un hombre de 33 años ha sido expulsado de la Isla y pesa sobre él la prohibición de regresar y residir en Menorca como consecuencia de la actuación violenta que tuvo el pasado martes por la noche en el domicilio familiar de Sant Lluís.

El individuo, con varios antecedentes penales por delitos de lesiones graves, mantuvo una fuerte discusión con su madre, en presencia de su hermano, y acabó propinándole varios puñetazos a la mujer que le causaron lesiones en un ojo y en    un oído. A resultas de la agresión la mujer tuvo que ser trasladada al Hospital Mateu Orfila y precisó    ingreso.

El hermano del agresor fue quien dio el aviso a la Guardia Civil que se personó en su domicilio y procedió a su detención, acusado de un delito de violencia doméstica.

El acusado fue puesto a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 3 al día siguiente. Tras tomarle declaración el juez, Daniel García del Mar, dictó el auto por el que le impone una orden de alejamiento y comunicación de su madre, además de la expulsión de la Isla y la prohibición de regresar y residir a ella al menos mientras se instruye el caso hasta el juicio.

El agresor acumula varios antecedentes penales, algunos de ellos atenuados por tener las facultades volitivas mermadas debido a un trastorno de personalidad, que le han obligado a cumplir diversas condenas en prisión. Había salido de la cárcel de Palma hace unos dos meses y este nuevo suceso supone una nueva acusación por otro delito de lesiones.

El juez podía haberlo enviado de nuevo a la cárcel dados sus antecedentes, según determinara la gravedad de las lesiones causadas a su madre. Sin embargo el inculpado declaró    que tenía billete para tomar el barco hacia Alcúdia a las 18 horas, por lo que optó por dictarle la orden de expulsión. El responsable del juzgado hizo que la Guardia Civil acompañara al agresor hasta el interior del barco y que los agentes aguardaran a que el buque saliera de Ciutadella para asegurarse que no volvía atrás y cumplía las medidas cautelares.