Un vecino de Maó de 86 años muestra el colchón por el que pagó 3.000 euros en efectivo y sin recibo. | Josep Bagur

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Un anciano descuelga el teléfono y responde a la llamada de una supuesta empresa de Palma que le ofrece un producto gratis. Es el señuelo para concertar una visita y así presentarse en la casa y convencer a esa persona mayor para que adquiera un colchón a un precio desorbitado, 3.000 euros.

La presunta estafa se ha producido en Maó, en el barrio de la Costa de Ses Piques, donde un vecino de 86 años, con una avanzada sordera y que pasa la mayor parte del día solo –su hermana, con la que convive, se va al centro de día por la mañana y regresa por la tarde–, recibió a una mujer que le explicó las ventajas de este colchón, que en la página web de la marca se comercializa por 1.925 euros mientras que él pagó tres mil en efectivo. En otras modalidades de esta mala práctica de venta la víctima incluso contrae un préstamo personal para adquirir el producto, sin quedarse copia del contrato ni conocer la fórmula e intereses de la financiación.

El objetivo siempre es el mismo: personas mayores y vulnerables, muchas viven solas o se encuentran solas en el momento de producirse la visita. El modus operandi también se repite, primero una llamada por teléfono ofreciendo algún producto gratis para, al día siguiente, recibir la visita de los presuntos comerciales que franquean la entrada de la vivienda sin problemas. Después de describir todos los beneficios del producto, en este caso un colchón, la operación se cierra sin que quede copia o constancia de la misma.

Un sobrino del afectado, que prefiere guardar el anonimato, ha expuesto el caso a «Es Diari» para alertar de lo sucedido y que otros vecinos no caigan en la trampa. No hay denuncia formal a la Policía de lo sucedido, entre otras cosas porque la presunta timadora y los hombres que la acompañaban, encargados de traer a la vivienda el colchón nuevo y llevarse el viejo, se llevaron también el recibo comprobante de la compra.

«Yo llamé a mi tío por teléfono, avisado por mi madre, y en ese momento coincidió que entraban en su casa con el colchón», explica el sobrino de la víctima, quien llegó a hablar con la vendedora y le pidió que se llevara el producto y dejara el dinero de su familiar, «dijo que sí pero no lo hizo». En lugar de eso, convenció al anciano de que negociaría con su jefe una rebaja del precio del colchón y regresaría más tarde con la respuesta, pero tomó los papeles firmados de la compra-venta y el dinero, los tres mil euros, y no regresó.

Los regalos recibidos a cambio de la compra fueron un ozonizador doméstico y una almohada viscolástica.