El joven, esposado por la Guardia Civil, a su llegada al juzgado de Maó este martes. | Miguel Juan Urbano

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Tiene 18 años, es británico pero nació en la India. Inteligente, ha finalizado sus estudios de bachillerato con brillantez, es campeón de ajedrez y ha obtenido plaza para estudiar Ciencias Económicas en la prestigiosa universidad de Cambridge en la que debe ingresar después del verano.

Los planes de este joven se han visto sacudidos temporalmente por una burla macabra, una broma adolescente de la que es responsable, que le va a costar cara a él y a su familia. La responsabilidad civil a afrontar puede superar los 150.000 euros.

El domingo por la tarde fue detenido por la Guardia Civil nada más tomar tierra en el Aeropuerto de Menorca el vuelo Easyjet EZY 8303 que le transportaba a él y a sus cinco amigos procedentes de Londres. Los seis venían con destino a un hotel ubicado en Cala en Blanes, en Ciutadella, para celebrar el final de sus estudios de enseñanza media.

Desde entonces el joven permaneció en los calabozos del cuartel de la Benemérita, en la carretera de Sant Lluís, hasta que este martes a las 11.30 horas llegaba esposado al Juzgado de Instrucción Número 2, de Maó, para declarar ante la jueza, Belén Velázquez. Su madre, desplazada desde Londres, le aguardaba en el exterior de la sede judicial, gritaba su nombre y extendía el brazo para saludarle. «Era una broma», explicó la mujer poco antes a este diario.

Una broma "privada"

La jueza escuchó la declaración del joven, asistido por la abogada, Margarita Quintana, en presencia de la Fiscal, Almudena Vallejo. El testimonio del acusado y las evidencias sostienen que fue una inoportunísima broma macabra. Anunció en la red social Snapchat, en una imagen en la que se veía su rostro, que era un talibán y que iba a hacer explotar el avión que le transportaba a Menorca.

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La consecuencia de la gracia fue la activación del protocolo de seguridad antiterrorista, con lo que conlleva, en cuanto a movilización de efectivos y disposición de recursos operativos.

El adolescente declaró tanto a la Guardia Civil como en el Juzgado que no podía entender de ninguna manera lo que había pasado. Dijo que la broma había sido privada, solo para sus restringido grupo de amigos, los mismos amigos que viajaban con él en el avión, con destino a Menorca, porque normalmente, dado su origen hindú y el color de su piel suele ser objeto de chanzas similares por parte de sus compañeros. Al parecer, en ocasiones le llaman el talibán.

Libertad bajo fianza

La jueza tomó nota de sus palabras y finalmente dictó el auto por el que quedaba en libertad provisional, bajo fianza de 10.000 euros, aunque el Juzgado de Instrucción se inhibe de la causa dado que no es competente para responsabilizarse de la instrucción.

El joven, recibido por su madre a la salida del juzgado a las 16.15 horas, dispone ahora de cinco días para hacer efectiva la fianza, pero la peor consecuencia es que no puede salir de España ya que la titular ordenó además la retirada de su pasaporte con la obligatoriedad de presentarse en sede judicial para firmar los días 1 y 15 de cada mes.

El Ministerio Fiscal había solicitado que la fianza fuera de 100.000 euros para cubrir los gastos de los dos aviones caza de la aviación española que custodiaron al Airbus 319 hasta que tomó tierra en Menorca, pero la juez optó por fijarla en 10.000.

En manos de la Audiencia Nacional

Al tratarse de un delito de desordenes públicos contra la seguridad colectiva nacional, la causa se traslada a la Audiencia Nacional, que es la competente para asuntos de esta naturaleza. El órgano jurisdiccional español deberá determinar si continúa adelante con la instrucción o bien opta por transferirlo a la justicia británica, ya que el hecho delictivo, que fue el anuncio de la bomba en el avión, se produjo todavía en territorio del Reino Unido.

El apunte

Poner en el aire a los F18 de la aviación española cuesta más de 100.000 €

Movilizar a los dos aviones caza F18 del Ejército del Aire español que despegaron el domingo de la Base Aérea de Zaragoza para escoltar al Airbus 319 de Easyjet EZY 8303, supuesto portador de una bomba a bordo, supone un coste de algo más de 100.000 euros, de los que deberá responsabilizarse el joven británico y su familia. Este coste se sumará al derivado de la activación de todo el protocolo de seguridad antiterrorista, muy probablemente.