La joven fue sometida a analíticas en el Hospital Mateu Orfila la misma madrugada del 14 de agosto | Archivo

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«Si vas de fiesta, ves siempre acompañado y rodeado de gente conocida, aunque realmente tendríamos que poder socializar y hacer fiesta tranquilamente». Es el consejo de R.G.M., la joven de Ciutadella que ha denunciado ante la Policía Nacional el pinchazo que recibió en el muslo en la madrugada del domingo 14 de agosto, durante la verbena de las fiestas de Alaior.

La joven relata en un escrito remitido a este diario que fue sobre las 4.04 cuando notó un pinchazo fuerte en su pierna izquierda en un momento en el que había muchos empujones cuando iban a salir de la verbena para dirigirse al autobús de vuelta a Ciutadella. «Cuando noté el pinchazo intenté girarme pero había tantos empujones que no pude, y cuando lo hice ya solo veía a gente de espaldas; vi a mi primo y le dije: me acaban de pinchar en la pierna». Fue entonces cuando «comencé a notarme rara, di dos pasos y me mareé de golpe».

El familiar y otro amigo la ayudaron a salir. Avisaron a la ambulancia y a la Policía Local «y durante ese tiempo casi perdí la consciencia, no respondía a preguntas directas y cuando llegó la Guardia Civil estaba desorientada», recuerda.

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Fue un agente de la Benemérita quien la llevó en brazos hasta el centro médico de Alaior, cercano a la verbena, «ya que no podía caminar y no había ambulancias libres», explica. Allí le hicieron un primer reconocimiento y más tarde, ya recuperada del mareo, se desplazó al Hospital Mateu Orfila con sus padres donde se sometió a una analítica y le indicaron el tratamiento a seguir, unas pastillas para prevenir el contagio del VIH que debe tomar durante 28 días. Ya en Ciutadella acudió al centró médico del Canal Salat para realizarse un análisis de sangre y ser evaluada por la médica de Urgencias, «que vio perfectamente la marca de la aguja con la que fui pinchada, en la pierna izquierda». Posteriormente acudió a poner la denuncia.

«Ahora estoy en seguimiento por los médicos de Medicina Interna y el equipo de prevención de infecciones, poniéndome vacunas, haciéndome análisis de control y tomando las pastillas», explica. Todo ello por causa «de un acto de agresión; yo no tendría que estar en esta situación, ni hacer ningún tratamiento esperando que todo salga bien».

R.G.M. ha querido revelar su testimonio «porque mucha gente habla diciendo que es mentira, que la juventud se lo inventa... puede ser que algunas personas lo hagan pero llegará un día, como es este caso, que ocurre de verdad y la gente empezará a darse cuenta y se preocupará por sus familiares y por ellos mismos si les pasa». Añade que «es una lástima que haya personas que quieran perder el tiempo dañando a otras demostrando que solo piensan en ellos y no tienen respeto». Por eso espera que «esto no vaya a más y todos puedan disfrutar de las fiestas como siempre hemos hecho».