El acusado, a la derecha, sentado junto a su abogado, antes de comenzar el juicio | Alejandro Sepúlveda

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Eduardo Enrique E. R., acusado de asesinar a su mujer en Ciutadella en 2018 con una dosis letal de MDMA que le dio con sangría, ha negado los hechos. En la primera sesión del juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Palma, ha declarado que no mató a su esposa, Elisabeth Pimentel, y que fue un accidente, y además que trató de reanimarla tras lo sucedido.

«Nos gustaba colocarnos con sangría y cristal», ha manifestado. Tras estar un rato en la habitación en la que vivían bebiendo alcohol y consumiendo drogas, ha recordado que se dirigieron al baño, donde mantuvieron sexo oral.

«Yo amaba a mi esposa y con el MDMA la amaba el cuádruple. Tenía más ganas de tocarla y acariciarla. Yo estaba en modo cariñoso», ha dicho, antes de relatar que finalmente se metieron «borrachos» y «súper mega colocados» a oscuras en el jacuzzi, pese a que la mujer tenía náuseas.

Ha alegado que la relajación del jacuzzi y el consumo de drogas hizo que se quedara «totalmente dormido» y que, al despertarse, se encontraba desorientado, que llamó a su esposa pero que no respondía. Tocó sus piernas por debajo del agua y notó que la mujer tenía la cabeza dentro del agua.

«Inmediatamente, la cogí y la empujé para poder sacarla. Lo único que quería era que su cabeza estuviera fuera del agua», ha explicado llorando y con la voz entrecortada.

«Hice el mayor esfuerzo que pude para sacar la cabeza del agua. Le di palmadas en la cara y no respondía. No sabía qué hacer, fue una situación horrible. Todo lo que hice para sacarla fue espantoso. No sabía como arrastrarla, estaba como clavada», ha manifestado, mientras contaba lo agotado y desesperado que se sintió durante este episodio.

También ha defendido que consiguió apoyar a la víctima, que estaba inconsciente, sobre el borde del jacuzzi, cuando se cayó y se dio un golpe en la cabeza contra el suelo. «No reaccionaba, yo no entendía nada», ha añadido.

Según su versión, realizó dos maniobras de reanimación cardiopulmonar sin éxito y, tras llamar a los servicios de emergencias, que tardaron unos 10 minutos en llegar al lugar, avisó a una amiga de la víctima que también residía en la nave industrial y con la que la pareja había tenido un incidente.

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A preguntas de las partes, el presunto autor de los hechos ha matizado que él compraba MDMA y que tanto él como su mujer la consumían cada dos o tres semanas.

Fiscalía y acusación popular no se lo creen

La Fiscalía y el abogado de la comunidad autónoma, que ejerce de acusación popular, insisten en que el hombre, denunciado por la víctima en dos ocasiones por una agresión sexual y malos tratos, preparó una mezcla de sangría y cristal, se la dio a su esposa y, en estado de inconsciencia, con vómitos y náuseas, la metió en un jacuzzi para fingir una muerte accidental.

El ministerio público considera en su escrito que la víctima aceptó la bebida «guiada por el temor que le infundía el acusado y en el contexto de sometimiento y subordinación» que marcaba su relación.

La mujer murió a causa de una parada cardiorrespiratoria provocada por una intoxicación de MDMA, si bien la Fiscalía sostiene que el desenlace «se vio acelerado a causa de la sumersión» en el jacuzzi.

La Fiscalía mantiene que la amiga de la víctima, que residía en la misma nave industrial que la pareja, no hizo nada por ayudar a la mujer «ante el fuerte temor que le infundía el acusado».

El hombre fue denunciado dos veces por su pareja por malos tratos y una agresión sexual, que él considera que fue «un malentendido». En una ocasión, la víctima tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por las lesiones sufridas.

25 años de prisión

Por este motivo, la Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la comunidad autónoma, piden 25 años de prisión para el acusado, de 43 años y origen venezolano, como responsable de un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género. También piden que pague una indemnización de 150.000 euros a los padres de la fallecida.

La sesión ha comenzado con retraso porque se ha tenido que formar el jurado popular. El juicio con jurado por estos hechos en la Audiencia de Palma continuará este martes.