Las tres hermanas -Frankarlys y Elisabeth en el centro-, junto a la madre, en Venezuela

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Allá en el estado de Miranda, en Venezuela, una familia de origen humilde donde nació la primera víctima mortal de violencia de género en Menorca, recibió con moderada satisfacción el jueves el veredicto de culpabilidad que recayó sobre el que fue su marido, Eduardo Estela Roget. Una de las tres hermanas de Elisa, Frankarlys, de 23 años, que estuvo con ella en Menorca el año antes de su asesinato, y vio frustrado su segundo viaje a la Isla cuando llegaba a Madrid el mismo día de su muerte, afirma que el resultado del juicio aporta la tranquilidad que precisaba la familia, a falta de que se conozca la sentencia.

Frankarlys Chiquito Montilla también declaró en el juicio que fue víctima de su cuñado, que la drogó y posiblemente abusó de ella en la playa de La Vall, en una visita anterior a la Isla. Ahora solo espera que la sentencia sea la máxima.

¿Qué sintió al enterarse del veredicto de culpabilidad?

—Mucha felicidad porque al fin,    después de 5 años de lo ocurrido, se hizo justicia. Mi hermana había sufrido muchísimo a manos de Eduardo. Sentí que al fin ella pudo descansar en paz.

¿Qué opina del desarrollo del juicio?

—Me ha parecido muy completo cada día, y muy bien explicado en el periódico. Me he    enterado de cosas sobre mi hermana de las que no sabía nada.

¿Qué sentencia espera y le dejaría satisfecha?

—Él fue quien mató a mi hermana. Desde que Mayerling (la amiga de Elisabeth) me avisó no me cupo la menor duda de que había sido él. Me dejaría satisfecha que lo encierren por los 25 años que pide la fiscal y el abogado del Govern porque es un hombre peligroso y no quisiera que estuviera libre para atentar contra otra víctima como lo fue Groceiny, aquí en Venezuela, y mi hermana.

¿Cuál cree que fue el móvil del crimen?, ¿cobrar el seguro de su hermana?

—Sí, porque él es una persona sumamente ambiciosa y al ver que podía perder la empresa de embarcaciones optó por asesinarla y así librarse de todo. De todas formas no la amaba porque si la hubiera amado no se hubiera querido casar con su otra novia, como dijo en el juicio, cuando mi hermana solo llevaba unos meses muerta.

¿Por qué cree que la amiga de su hermana no ha querido declarar siendo la única que estaba aquella noche en la nave con ellos?

—Nunca entendí por qué Mayerling no la ayudó a ella ni nos quiso contar cómo habían pasado las cosas. Tal vez no lo ha hecho porque tuvo algo que ver y tiene miedo de que la inculpen con Eduardo, o sea que digan que fue cómplice o está temerosa, no lo sé. Pero de lo que sí estaba segura era de que Eduardo la había matado porque él nunca me dijo la verdad cuando me llamó aquella mañana al Aeropuerto de Madrid y se puso el policía que ya sospechó de él en el primer momento.

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¿Usted ha hablado con esa amiga de su hermana alguna vez más desde que le dijo aquel día que Eduardo la
había matado?

—Hablé aquel mismo día mientras estuve en el aeropuerto de España para regresar a Venezuela y ella solo me dijo que tenía mucho miedo y que Eduardo era un loco psicópata. Pero cuando ella volvió a Caracas, dos días después, nunca más supimos de ella. Intentamos contactarla pero nunca nos quiso dar la cara. Esta semana la llamamos para pedirle que declarara en el juicio y no quiso. Dijo que quería tener paz mental y no recordar ese mal momento, lo que nos parece un poco extraño porque ellas eran muy amigas.

¿Qué opina de la versión de Eduardo en su declaración?

—Que es totalmente falsa y se contradijo muchísimo. Si fuese verdad que él se durmió, ¿por qué no se ahogaron los dos? Él se relajó y dice que se durmió y Eli aún estaba despierta así que nada concuerda y mucho menos porque mi hermana no consumía drogas a menos que él la obligara. Quiero negar lo que dijo un amigo de ellos en el juicio porque Eli no fumaba porros, nunca lo hizo.

¿Sabía la familia el tipo de relación que tenía Elisabeth con su marido?

—No, nos sorprendieron muchas cosas, como las denuncias porque Eli jamás nos contó nada,    me imagino que por miedo, y me duele muchísimo haberme enterado así, pero ya gracias a Dios se hizo justicia.

¿Este veredicto de culpabilidad deja tranquila a la familia o quiere la condena mayor para Eduardo, es decir, los 25 años que pide la fiscal?

—Sí, yo quiero los 25 años, es lo justo por tanto sufrimiento de mi hermana Elisabeth y también para que así pague por lo de la chica de Venezuela ya que jamás han podido juzgarle por falta de pruebas.

¿Por qué no se presentó la familia también como acusación particular en el juicio?

—Por no tener los recursos necesarios para viajar ya que somos una familia humilde. El ministerio habló con mi mamá y le dijo que ellos le pondrían un abogado público que defendiera la parte de Elisabeth.

¿Volverá usted algún día a Menorca?

—Si tengo la oportunidad, sí porque me trae hermosos momentos con mi hermana a pesar de lo mal que la pasé con la presencia de Eduardo. Pero cuando estábamos Eli y yo a solas era totalmente diferente. Solo quiero quedarme con esa bonita imagen.