La vista a prevención celebrada ayer entre abogados y fiscal presidida por el juez, resultó estéril. | M.J.U.

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Fue el de ayer un intento fallido para evitar la celebración de un juicio que se prevé largo y farragoso. El abogado de la madre extremeña acusada de haberse fugado con su hijo de 7 años a Bruselas cuando debía devolverlo a su padre, en Ciutadella, en el verano de 2023, y los de los otros dos acusados, su letrado mahonés y una amiga, como presuntos colaboradores, no dieron margen a que se alcanzara un acuerdo en la vista a prevención celebrada en el Juzgado Penal de Maó.

La defensa de la mujer, a cargo de Juan de Pablos, esgrime que el miedo a su expareja y la ansiedad debido a episodios de maltrato con él por los que necesitó tratamiento psicológico hicieron que sus capacidades quedaran afectadas, lo que motivó la «toma de decisiones irracionales». Se refiere al incumplimiento de los autos judiciales por los que debía retornar al menor a su padre tras un mes de vacaciones en Extremadura y la sustracción del menor, con quien se refugió primero en un pueblo de Madrid, Tielmes, y después en Bélgica.

En otro argumento, añade que la relación personal y profesional con el abogado mahonés que la asesoró, acusado en la causa, también influyó y aumentó su estado de miedo y ansiedad durante el tiempo en que ocurrieron los hechos por los que fue denunciada por el padre del menor.

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Ocho meses

Madre, abogado y supuesta amiga solicitan la libre absolución mientras que el padre, que estuvo casi ocho meses sin ver a su hijo hasta que un juez belga se lo entregó el pasado enero, pide 5 años de cárcel para la madre por sustracción parental, falsedad documental y desobediencia al juez, e indemnización de 37.000 euros por daños y gastos. Para su abogado y la amiga, en cuya estuvo en el pueblo madrileño, antes de dar el salto a Bélgica, les pide 4 años de prisión como cooperadores necesarios. El fiscal también les acusa a los tres, pero rebaja en un año la petición de prisión a cada uno de ellos, es decir, cuatro a la madre y tres a los colaboradores.

Ninguno de los acusados compareció en la vista a prevención que resultó sorprendente, puesto que uno de los abogados, Francisco del Campo, que a su vez sustituía a otro puntualmente, Salvador Timoner, defensor del letrado acusado, también está citado como testigo.

Dado el absoluto desacuerdo entre las partes, el magistrado-juez dio la vista oral por concluida, adelantando que en los próximos días señalará el juicio durante dos o tres jornadas por la cantidad de testigos y pruebas que deberán presentarse.

El apunte

La casa en la que se ocultó en Tielmes era un centro de terapias espirituales

La casa en la que se ocultó la madre en Tielmes, Madrid, es un centro de terapias espirituales que regenta la otra acusada en este causa. Ambas se conocían por haber coincidido en los dos años anteriores en otros lugares donde se practican este tipo de retiros. El abogado de la terapeuta sostiene que no eran amigas, aunque la madre se detenía en ese respiro espiritual cuando iba y venía de Extremadura a Menorca. La última vez que lo hizo con su hijo menor dejó en la casa su propia furgoneta, supuestamente, para viajar a continuación a Bélgica, donde continuó con su huida. La madre usó una tarjeta telefónica de la terapeuta, lo que ayudó a su localización, ya que en el centro no se utilizan teléfonos.