Aspecto que lucía la entrada de Ca n’Oliver, uno de los muchos espacios de la ciudad que se han sumado a la fiesta | Josep Bagur Gomila

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Nueve años creciendo, con unas raíces sólidas y apuntando hacia arriba. El festival Maó+Flors se ha consolidado con el tiempo como una de las fiestas estrella de la primavera menorquina dando un nuevo paso con cada edición que celebra. La de este año, que arrancó el pasado jueves, está marcada por el salto que se ha realizado en el número de actividades que componen su programa, hasta 46, y la cantidad de espacios que se han sumado a la feria con su particular decoración, 76, ni más ni menos que 21 más que el año pasado.

Un crecimiento que se está dejando notar en la ciudad, que este sábado disfrutó de la jornada grande del programa festivo. Apuntan desde la organización que este año se ha trabajado mucho en que la cita «tomé una dimensión de ciudad», tal y como reconoce el responsable del área de Cultura, Héctor Pons, quien considera que la palabra «participación» es sin duda el eje central en torno al que gira la feria. «Si el año pasado ya sufrió un gran 'boom', este año el crecimiento ha sido mucho mayor»,

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