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Tarde fría la que se vivió este sábado en la Isla, pero no hay temperatura, por baja que sea, que pueda con la ilusión de la llegada de los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar arribaron sin complicaciones a Menorca para participar en las cabalgatas que los menorquines llevaban preparando con entusiasmo desde hace meses. El preámbulo festivo perfecto para la que está considerada como la noche más esperada y mágica del año.

Sus Majestades eligieron un año más la vía marítima para su visita a Maó, en cuyo puerto pusieron pie en tierra en torno a las siete de la tarde y donde la alcaldesa Conxa Juanola les dio la bienvenida. Este año los magos de Oriente se encontraron con una decena de carrozas, la mitad de ellas totalmente renovadas, para iniciar un recorrido que les llevó por las vías más céntricas de la ciudad, un itinerario durante el que se repartió cerca de una tonelada de caramelos y que como es costumbre terminó en las Casas Consistoriales, desde cuyo balcón se dirigieron a la gran cantidad de gente que se concentró en la Plaça Constitució.

No menos espectacular fue el recibimiento que ofrecieron los menorquines a Sus Majestades en la otra punta de la Isla, en Ciutadella, ciudad en la que entraron por el Camí de Maó al ritmo marcado por la Banda de Música local y el grupo de batucada Esclat. La comitiva repartió dulces y sonrisas a bordo de unas brillantes carrozas con las que llegaron hasta el Ayuntamiento, para después continuar a pie y cumplir con sus visitas a la Catedral y el convento de Santa Clara.

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En Es Castell, los reyes también se acercaron a la parroquia de El Roser para participar en la ofrenda al niño Jesús después de que desembarcaran en el Moll de Calesfonts, desde donde iniciaron un recorrido que también les acercó hasta el Ayuntamiento, como es tradición.

Alumbrados por la nueva iluminación que les habían preparado para sus carrozas, Melchor, Gaspar y Baltasar fueron recibidos también por todo lo alto en Alaior, donde fueron vitoreados durante su recorrido por las vías principales de la ciudad. Tras la adoración en la iglesia de Santa Eulàlia, visitaron la sede del gobierno municipal y atendieron a los más pequeños en una de sus dependencias.

En torno a las seis de la tarde, en Es Mercadal muchos ya esperaban la cabalgata de ilusión entrando en calor con un chocolate caliente. Una vez en el pueblo, los reyes repartieron caramelos y cumplieron con sus tradicionales visitas. Al igual que hicieron en Fornells, Es Migjorn Gran, Ferreries y también en Sant Climent. Está previsto que a primera hora de este domingo Sus Majestades participen en la cabalgata de Sant Lluís, visiten Llucmaçanes y repartan también sus regalos en Es Castell antes de iniciar el viaje de regreso.