Los jóvenes disfrutaron este sábado de una de las actividades más esperadas de cada verano, la visita al parque acuático | Sergi Garcia

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Aprieta el calor en Menorca, pero el termómetro está lejos de los 50 grados que en esta época del año puede alcanzar el mercurio en el campo de refugiados saharauis en Tinduf, en la zona suroeste de Argelia. Bien los saben los niños y niñas que participan en el programa Vacances en Pau, que en su visita a la Isla cada estío cumplen con una refrescante tradición, la de pasar una jornada de fiesta familiar en un parque acuático.

Y eso es precisamente lo que hicieron este sábado en el Aqua Park de Cala en Blanes, en Ciutadella, los cinco jóvenes de entre 10 y 12 años que este verano han sido destinados a Menorca para pasar el verano con sus familias de acogida. Encuentros que según explica Martí Carbonell, presidente de Amics del Poble Saharaui de Menorca, resultan muy positivos para los chicos y chicas «para que puedan compartir entre ellos la experiencia que están viviendo y hablen en su idioma».

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