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Entre buñuelos y algún que otro susto. Así pasaron este jueves los menorquines la fiesta de Todos los Santos, una tarde noche de Halloween en la que las actividades para los más pequeños fueron la principal oferta de ocio.

Propuestas entre las que una año más contaron con un especial protagonismo los siempre divertidos pasajes del terror.

Tampoco faltaron las tradicionales castañas en una tarde repleta de talleres, actuaciones musicales y pintacaras, citas para las que algunos no dudaron en disfrazarse con la idea de disfrutar de una jornada de miedo.