Laia Roca y Mónica Ortega (derecha) tienen bastantes cosas en común, algunas de ellas que unen mucho, como el amor por la escritura y la colaboración que desarrollan en la revista que se publica en el colegio al que acuden sus hijos en Barcelona

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Mónica Ortega (Maó, 1973) se gana la vida como profesora de catalán y español para extranjeros pero siempre se ha sentido atraída por el mundo de la escritura, una faceta que ha cultivado con la creación de unos cuentos infantiles que publicaba en su blog y que en 2016 vieron la luz en papel gracias a la edición de una recopilación que llevó por título de «A mi m’en contaven dos!».

El hecho de que una persona con las mismas inquietudes como Laia Roca se cruzara en su camino sirvió para poner sobre la mesa una colaboración que se ha traducido en un proyecto en formato de cuento infantil bilingüe (catalán e inglés) a través de Pol·len Edicions. La historia se titula «Blau. Què amaga l’Horitzó?» y se ha encargado de darle vida y color a través de las imágenes la ilustradora Gemma Aguasca.

Explica Ortega que el libro, para el que han recurrido a una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma Verkami (aún abierta), es «un proyecto de denuncia» que tiene tres vertientes principales cuando se intenta mirar más allá del horizonte. La primera tiene que ver con la creciente plaga de contaminación, pero la segunda, y más importante, es «el grito de alarma» por la continua pérdida de vidas que tienen lugar en el Mediterráneo. El tercer eje apunta a la «reivindicación del derecho a la memoria de las personas muertas para que no se olviden».

Un cuento para el que se ha intentado conseguir «un tono afable» para los más pequeños pero sin olvidarse de crear un espacio de encuentro en la lectura con sus padres. «Utiliza un lenguaje delicado pero contundente y unas imágenes llenas de ternura que esconden una realidad dramática», explica la escritora menorquina.

Un barco al que también se ha subido Open Arms, a cuyas arcas irán los fondos de la recaudación para sus proyectos solidarios. Aunque más allá del dinero, también prefieren poner el acento en la labor de concienciación que «Blau» pretende llevar a cabo. «Es un proyecto muy interesante porque nos permite explicar lo que nosotros vemos diariamente, y además hacerlo en un lenguaje que puede llegar a todo el mundo», argumenta Mar Sabé, encargada del área de comunicación de la ONG, que aporta al proyecto una guía didáctica.