Uno de los árboles de la zona próxima a la carretera de Fornells afectado por el ‘tomicus’ | Javier Coll

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Atacan árboles debilitados por un incendio, un fenómeno meteorológico o por haber sido afectado por la procesionaria. Proliferan cuando hay acumulación de masa forestal en el bosque. Y llegan a causarles la muerte. Actúan de forma silenciosa, a la sombra y de forma discreta, pero sus consecuencias son fulminantes. La zona afectada y debilitada por el paso del cap de fibló en octubre de 2018 ha sido un caramelo para estos perforadores del pino. El área tenía todos los números para convertirse en foco para su proliferación. Y así ha sido. Los árboles estaban debilitados y se acumuló gran cantidad de masa forestal caída que ha permitido que el ‘tomicus’ haya campado a sus anchas y sin piedad para el pinar.

Estos insectos (el tomicus destruens y el orthotomicus erosus) son unos escarabajos que actúan agujereando la corteza del árbol. Crean unas galerías en el interior. Se alimentan de los vasos que conducen la sabia hasta romperlos y cortando la circulación. Como consecuencia de ello, el pino se seca y muere.

El departamento de Sanidad Forestal de la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern ha elaborado un mapa de afectación del perforador del pino. De los tres estadios de infestación, solo hay una zona clasificada con el nivel máximo. Y es el área forestal afectada por el tornado, la que bordea la carretera de Maó a Fornells. El nivel tres significa que hay numerosos árboles muertos por el ataque de este escarabajo. En concreto, se han detectado 201 hectáreas de pinar muy afectadas por el ‘tomicus’. Y en los alrededores del foco de la plaga también hay zonas de pinar con un grado dos. Antes del paso del tornado, esta plaga estaba presente aunque a unos niveles de infectación nada alarmantes.

Es por ello que el Govern decidió actuar al respecto y colocó cien trampas en todo el perímetro para evitar que la plaga se extienda en zonas exteriores a la afectada por el tornado. Son trampas dirigidas a la captura de los ejemplares adultos. Cuentan con sustancias que los atraen. El Govern indica que para esta plaga se actúa durante todo el año, ya sea colocando estas trampas o talando árboles muertos detectados en la zona. Es más, no son efectivos los tratamientos con productos fitosanitarios, ya que la mayor parte del ciclo biológico del insecto transcurre en el interior del árbol.

Según el último mapa de afectación de estos escolítidos, elaborado a finales del 2019, de las 11.086 hectáreas de pinar analizadas de la Isla, estos escarabajos están presentes en 1.910 hectáreas (el 17,2 por ciento del pinar). El 82,8 por ciento restante no tiene afectación. Este porcentaje ha ido disminuyendo con los años. Según el mapa de 2017 (en 2018 no se elaboró) el porcentaje de pinar que carecía de perforadores alcanzaba el 87 por ciento.

Entre las zonas afectadas por el grado dos de afectación en lo que respecta al año pasado (unos pocos árboles muertos por el ‘tomicus’) destaca la zona de pinar de La Vall, alrededores del Camí de Biniguarda y áreas del sur de Ciutadella, entre otras.

El paso del tornado dejó la acumulación de unos 80.000 árboles y matas de frondosidad. El Govern informa que se han retirado 15.000 ejemplares afectados por el temporal en 35,6 hectáreas de superficie.

No obstante, son numerosos los árboles caídos que permanecen a ambos lados de la carretera de Fornells en diversos tramos de la vía. Han sido el detonante de la proliferación del escarabajo que perfora los pinos hasta matarlos.

Los empresarios forestales detectan una mayor presencia del escarabajo

Los empresarios forestales aseguran que esta plaga ha ido en aumento con los años en la Isla, aunque sin ser aún una situación alarmante. Y aunque tiene consecuencias devastadoras para los pinos, que acaban muriendo, no tiene afectación para la salud de los profesionales forestales. No es urticante ni causa daños, como sí ocurre con la procesionaria.

El presidente de la Asociación de Empresarios Forestales de Menorca adscrita a PIME (Asefome), Marcelino Hernández, indica que esta proliferación en la zona devastada por el cap de fibló no sorprende, era muy previsible, ya que los árboles quedaron muy debilitados y existe en la zona mucha masa forestal caída. A ello, hay que sumar la sequía y la presencia de la procesionaria que también los debilita. Indica que cuando se detecta un ejemplar afectado en la zona en la que trabajan, se tala para evitar que la plaga se extienda.

Estos escarabajos crean unos agujeros en la corteza de los árboles. En el caso del tomicus destruens, son muy característicos los volcanes de reina en el exterior. En el caso del orthotomicus los agujeros son más pequeños y el árbol no segrega reina. Los pinos se vuelven amarillos. Luego pasan a tener un color rojo muy visible en verano hasta que les caen las hojas (las acículas). El insecto puede tener entre cuatro y cinco generaciones al año, según la temperatura.