Los más pequeños se divirtieron con sus disfraces más terroríficos | Josep Bagur

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Poco a poco las tradiciones regresan a escena ocupando el espacio de antes de la pandemia. Después de un 2020 en blanco, como consecuencia de las restricciones establecidas, la celebración principal de la festividad de Todos los Santos volvió ayer al espacio en que se había desarrollado durante los últimos años en Maó, el Claustre del Carme.

Un patio en torno al que giró ayer la programación preparada por el Ayuntamiento, y que tuvo como atractivo principal un reclamo tan típico de estos días como los bunyols y las castañas, que se repartieron de forma gratuita entre los asistentes.

Este año se ha vuelto a apostar por una programación amplia, en la que colaboran las áreas de Cultura y Ferias, que se ha propuesto además acercar los actos a todos los rincones de la ciudad a través de la implicación de las asociaciones vecinales.

No obstante, en una fecha tan señalada como ayer, la actividad se centró en Es Claustre, donde además de poder disfrutar de los productos más típicos, los más pequeños tuvieron la oportunidad de rememorar tradiciones populares con tanto arraigo como el del cuento de «La castanyera», de cuya narración se encargó la Senyora García.

Hubo tiempo también para disfrutar de los juegos populares, una vez más girando en torno a los productos estrella de la jornada, los buñuelos y las castañas, a través de una actividad dinamizada por Sa Xaranga. Una propuesta de entretenimiento que se complementó con las siempre sorprendentes Improaventures en formato de teatro familiar pensadas por los organizadores para «morirse de risa».

Unos actos que sirvieron para acompañar al que sin duda fue uno de los grandes atractivos de la tarde en el Claustre del Carme. Tras el exitoso debut en 2019, ayer regresó a ese espacio un    certamen con tanto sabor como el concurso popular Els Millors Bunyols de Maó. Un reconocimiento que este año, tras la deliberación del jurado, recayó en Mari Company Juanico, quien curiosamente también fue la ganadora de la primera edición. Su receta fue la mejor valorada entre las preparadas por los nueve participantes.

Mari Company, premio al mejor 'bunyol'
Mari Company, premio al mejor 'bunyol'

La fiesta, según explicaron los organizadores, resultó todo un éxito de participación y se desarrolló en un muy buen ambiente. Prueba de ello es que los algo más de 300 buñuelos que se prepararon no fueron suficientes para toda la gente que se acercó hasta el patio del Claustre del Carme.