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Los estudios científicos confirman que el nivel del mar continúa subiendo y ganando terreno tierra adentro, pero cualquiera lo diría a la vista de como lucen estos días algunas playas del litoral sur de la Isla, donde se puede comprobar un notable aumento de arena. Sin embargo, no podemos hacernos muchas ilusiones. Los expertos nos advierten que se trata de algo «circunstancial».Así lo explican    el biólogo y director del Observatorio Socioambiental de Menorca (Obsam),David Carreras; y Xisco Xavier Roig, doctor en geología especializado en geomorfología.

De hecho, en los últimos días ya se ha empezado a detectar un ligero retroceso en el volumen de los arenales y lo más probable es que cuando llegue el verano las playas de la Isla recuperen la apariencia habitual de cada estío, por lo que la imagen actual podría considerase como una especie de espejismo.

«El hecho de que ahora haya más arena no garantiza que tengamos esa situación dentro de tres meses», advierte Carreras. Por su parte, Roig, no sin ironía, añade que «las playas no entienden de apertura de hoteles». Y es que las zonas de costa son espacios vivos y muy dinámicos. Pero, ¿qué es lo que podría haber favorecido la situación en que se encuentran ahora muchas playas del sur? Pues parece que una de las razones principales ha sido la ausencia de grande temporales durante el pasado invierno. Otra apunta a que el tipo de oleaje que ha sacudido la costa ha favorecido la formación de grandes arenales.

Y eso es lo que se puede comprobar a simple vista en playas como las de Son Bou o las de Es Migjorn Gran, comoSant Tomàs, Sant Adeodato o Binigaus. También se nota una gran diferencia en cuanto a la extensión en Cala Galdana y especialmente en Son Saura. Apunta el geólogo que las bajas presiones actuales contribuyen también a que ahora aparezcan en la postal rocas de la costa que habitualmente están sumergidas.

Roig recuerda la importancia de «no intervenir» en las playas cuando se siente la tentación de echar arena cuando esta desaparece. Lo ideal asegura es dejar que los arenales se regeneren por sí solos, de una forma natural, para evitar alteraciones que    transformen el entorno.

Desde una perspectiva más amplia, el Institut Menorquí d’Estudis, en colaboración Societat d’Història Natural de les Balears e investigadores de la UIB, está a punto de presentar un estudio que lleva por título «Evolución histórica de la línea de costa de las playas de Menorca, 1965-2020», un trabajo que aportará más de luz a los procesos de    transformación del litoral.