Imagen de uno de los grupos de trabajo del máster. | UB

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Las aguas menorquinas son un escenario propicio para el estudio, pero más allá de las investigaciones que se pueden llevar a cabo en ellas suponen un campo muy valorado para la formación de futuros profesionales especializados en el medio marino. Esa es la razón por la que durante los últimos cuatro años Menorca ha sido elegida    como destino    por los responsables del Máster en Oceanografía y Gestión del Medio Marino. Un ciclo formativo que es posible gracias a la colaboración emprendida entre la Universitat de Barcelona y la Universitat Politècnica de Catalunya.

Un grupo de 24 alumnos ha estado de visita recientemente en la Isla para realizar las prácticas correspondientes a la asignatura «Biología de aves, mamíferos y reptiles marinos». Según explica el coordinador del máster, Luis Cardona Pascual, básicamente los trabajos han consistido en la realización de censos para calibrar la abundancia de delfines y tortugas marinas, entre otros animales. También ha servido como apoyo para un trabajo de investigación sobre el estado de las colonias de pardela cenicienta en la zona de Cala Morell, proyecto    en el que están embarcados desde hace    tiempo miembros de la Universitat de Barcelona.

Entre otras cosas, Pascual defiende la elección de Menorca como destino para las prácticas por la gran variedad de especies que se pueden encontrar en el medio natural, pero también por la tranquilidad de sus aguas.

Durante la estancia de este año, que concluyó la semana pasada, pudieron disfrutar, salvo un día en el que sopló la tramontana, de magníficas jornadas de trabajo. «Aguas calmadas aunque en ocasiones demasiado calor», resume el coordinador.En total, navegaron 130 millas, un recorrido que resultó altamente provechoso.

No obstante, Menorca es solo uno de los destinos de los estudiantes, que a lo largo del curso también paran en otras zonas del Mediterráneo. Además de los trabajos relacionados con las metodologías de estudio, también se embarcan durante una temporada en un buque oceanográfico. Durante los meses de julio y agosto harán un paréntesis en sus estudios antes de defender en septiembre sus trabajos de final de curso.

El máster en cuestión se imparte desde 2013, aunque en realidad es la continuación de otro ciclo formativo que comenzó a ofrecerse    en 2007, el de Ciencias del Mar. Explica su coordinador que es un campo en el que existe una gran demanda por parte de los estudiantes. Se trata de una formación especializada para titulados en ciencias experimentales e    ingenieros que quieran profundizar por cuestiones profesionales, así como para los interesados en    cursar un doctorado y hacer carrera científica.