David de Jorge, chef y divulgador gastronómico, en uno de sus programas de televisión.

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David de Jorge la echa pasión a la vida y su trabajo en la cocina es la mejor muestra de ello. Con su personaje de Robin Food ha sido capaz de crear un estilo propio y convertirse en un referente de la divulgación gastronómica en toda España. A sus 52 años nunca había estado en Menorca y lo que ha visto este verano no le ha podido gustar más. Así lo explica en una crónica publicada en «El Diario Vasco» con un titular que lo dice todo: «Paraíso en Menorca del papeo y la buena vida». Una píldora concentrada de cómo disfrutar la visita a la Isla.

La Isla le ha encantado por el paisaje, la cocina y su historia. «Menorca a veces es la toscana italiana, otras veces griega, cartaginesa o la provenza francesa, en Mahón te sientes nizardo o genovés y bucanero inglés en el puerto viejo de Ciudadela», empieza relatando. Recomienda por igual recorrer la costa y el interior, pero sugiere alojarse en algún agroturismo u hotel rural. En su caso ha elegido el de Binigaus Vell. «La familia Triay Barber gestiona y mantiene esta joya de la corona, que es la guinda de un maravilloso pastel hostelero y empresarial que extiende sus tentáculos a diversas explotaciones ganaderas y agrícolas y a los fabulosos chiringuitos 'Es Bruc' que mantienen abiertos en temporada por buena parte de las mejores playas de la isla», explica en su artículo.

David de Jorge recomienda cómo pasar un día en Menorca para enmarcar: «Desayunen bajo su arboleda y denle un buen repaso a los productos locales, yogur, embutido, pan, zumo, bollería fresca y huevos a mansalva. Bajen a la playa y asegúrense una mesa en su garito para disfrutar de ensaladas, frituras clásicas o pescados a la brasa, cabracho, sardinas, gallo de San Pedro, pagel, rodaballos o sapos bien refregados con alioli de mortero, salsa mahonesa y pan tostado con tomate triturado y aceite de oliva virgen extra», añade.

Vuelo al País Vasco todo el invierno

Y en cuanto al transporte desde el País Vasco, explica que «los vuelos a Menorca están tirados y desde nuestros aeropuertos te plantas en la Isla en un abrir y cerrar de ojos. Dense el gustazo y fliparán», exclama, «una cerveza inesperada, una cena no programada, ese bocata papeado en inmejorable compañía o una ruta corta en moto por un camino desconocido que termina en chapuzón en una cala, son aventuras al alcance de todos que no se contratan en una agencia de viajes».

Se da la circunstancia, además, que este año Menorca mantendrá por primera vez la conexión aérea con el aeropuerto de Bilbao en vuelo directo durante todo el invierno. Esto será posible por el acuerdo de comarketing entre la compañía aérea y la Fundació Foment del Turisme de Menorca.