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El nuevo miembro de la familia Colla d’Amics Geganters de Llucmaçanes-Mao se presentó en sociedad el domingo con una gran fiesta. Pero detrás de esa figura, inspirada en el fabioler Bartomeu Deyà, muy vinculado a las fiestas populares desde 1940, hay mucho trabajo y también mucha historia.

Estamos hablando de una propuesta que nació a mediados de los    90 de la mano de uno de los fundadores de la Colla de Llucmaçanes, Nito Pons. Proyecto que el colectivo ha tenido siempre en mente pero que ha tardado en materializarse.La idea se recuperó con motivo de la celebración del 25 aniversario del colectivo, pero se decidió posponerla hasta el 30 cumpleaños. La mala suerte quiso que el covid impidiera celebrar esa señalada fecha, que ahora conmemoran, dos años más tarde, con la reciente llegada de ‘En Dinero’, como popularmente se conocía a Deyà.

Los años de pandemia se aprovecharon para contactar con la familia de Deyà y pedir su beneplácito. Por otra parte, se recurrió al Arxiu d’Imatge i So de Menorca para rescatar imágenes que ayudaran ha reproducir su figura de la forma más fidedigna posible. Realizada la investigación y con los permisos conseguidos, dio comienzo así «la parte más difícil, conseguir una figura a la altura de la importancia del fabioler por excelencia de las fiestas menorquinas», apuntan desde la Colla.

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La obra comenzó a tomar forma el pasado febrero con la arcilla como principal elemento y Víctor Pons y Biel Morales como escultores. Mientras que por otra parte, Nito Pons se hacía cargo de la estructura con la ayuda de Dani Olives e Izan Pons. Una vez reproducidas las facciones, se procedió a sacar los moldes de la figura para trasladarlos al material tradicional, el cartón piedra.

Mientras la cabeza estaba en proceso de secado, la obra seguía avanzando con el resto de las partes del cuerpo. Secadas las piezas, retiradas de los moldes y ensambladas, fueron estucadas y refinadas con el objetivo de obtener un buen acabado y dar paso a la pintura, «el momento crítico de dar expresión y mirada a una escultura», reconocen sus responsables. Estos relatan cómo para los acabados del cuerpo y los brazos se contó con la colaboración del alumnado de primaria de la Escola Sant Josep de Maó. A los estudiantes, que además visitaron la casa de los gegants para conocerlos de primera mano, se les explicó «la importancia de la declaración de los geganters como patrimonio inmaterial de Menorca». Sus huellas dactilares y nombres está también en la gran obra, concretamente en el contorno de los brazos del gigante, formando una cadena que ilustra que «entre todos y todas hacemos y mantenemos vivo nuestro patrimonio».

En lo que se refiere a la vestimenta y complementos, han sido confeccionados por Rosa Jurado y Paqui Arnau. La guindola, el tambor y el fabiol son obra de Nito Pons, Biel Morales y Víctor Pons; y la baqueta de Dani Pons con la ayuda de Cas Sabater. El gigante quedó listo a mediados de agosto, pero se guardó en secreto hasta un emotivo reencuentro con la familia de Deyà. Así se ha dado vida a un «gegant hecho por la gente del pueblo y entregado al pueblo para recordar un icono de las fiestas de Menorca», concluyen sus artífices.