Los cinco planes para descubrir Menorca en otoño con el turismo activo

1. Senderismo junto al mar por el 'Camí de Cavalls'

Menorca dispone de un circuito senderista único en el mundo por su valor natural e histórico. El Camí de Cavalls es una ruta que circunvala el perímetro costero de la Isla en 185 kms y cuyos orígenes se remontan al siglo XIV cuando –en tiempos del rey Jaime II– se ordenó a los caballeros menorquines mantener un caballo armado para vigilar la costa. Esta histórica senda fue recuperada para uso público en 2008 y está homologada como Gran Recorrido (GR-223). El Camí de Cavalls está dividido en 20 tramos señalizados, de distintos niveles, entre los 5,39 kilómetros del más corto (Algaiarens-Cala Morell) y los 13,50 km del más largo (Favàritx-Arenal d’en Castell). Este camino se puede recorrer a pie, en bicicleta de montaña o a caballo, pero no con vehículos motorizados.

Más información en la web www.camidecavalls.com

2. Una veintena de Rutas Cicloturistas

Ser una isla prácticamente llana –su cota máxima, El Toro, apenas tiene 358 metros– convierte a Menorca en el escenario idóneo para la práctica del deporte de las dos ruedas, con bicicleta de carretera o de montaña (BTT). Una manera relajada y muy saludable de admirar el variado paisaje de la Isla. De las seis rutas principales, la más larga es Ciutadella-Ferreries, con 16,5 km y unas dos horas de duración; y la más corta, Es Castell-Sant Lluís, de 6 kms, 30 minutos. Además de las rutas oficiales de la red de cicloturismo hay cuatro aptas para todos los públicos: Ciutadella-Cala En Blanes (5 kms), Ciutadella-Punta Nati (4 kms), Ciutadella-Cala Blanca (5 kms) y Maó-Sa Mesquida (7 kms). E incluso algunas rutas circulares, con principio y fin en el mismo punto, como la Ciutadella-Galdana-Artrutx-Cala Blanca-Ciutadella (55,1 kms, unas 4 horas).

Más información en la web https://www.menorca.es/es/Cicloturismo/8384

3. Paseos a caballo… hasta llegar al mar

Menorca es tierra de caballos. Tiene una raza propia (de capa negra, fuertes crines y mirada viva) que forma parte de una de sus grandes tradiciones (los ‘jaleos’ veraniegos), hay una feria anual dedicada a ellos en Es Mercadal, un glamouroso evento al estilo del británico Ascot, ‘Hats & Horses’, y son también parte de las experiencias que ofrece el turismo activo de Menorca. Diversas hípicas repartidas por toda la isla –en zonas como Algaiarens, Cala Galdana, Cala Turqueta, Cala’n Bosch o Son Bou– ofrecen paseos por horas e incluso excursiones de varios días. Llegar hasta el mar sobre ellos es de esas experiencias que jamás se olvidan.

Más información: https://www.descobreixmenorca.com/es/menorca-a-caballo/

4. Actividades náuticas: del kayak… al submarinismo

En otoño no apetece tanto darse un baño en la playa, pero sí disfrutar de los encantos de la costa desde el mar. El kayak permite descubrir los mil y un recovecos del litoral menorquín, imperceptibles desde tierra. Además, puede realizarse en solitario, en pareja, en familia o con amigos. Otra opción nos invita a admirar las maravillas ocultas en las profundidades con el submarinismo. Con la ayuda de expertos monitores, un ‘bautizo en el mar’ es otra experiencia inolvidable. En Menorca hay diversas empresas dedicadas a ello, con mención especial para Fornells, que acoge la Reserva Marina del norte menorquín.

Más información: https://menorca.es/es/Descubre_Menorca_en_kayak/12546

5. Parapente: un paseo por las nubes

De Menorca… ¡al cielo! Los vientos que agitan la Isla permiten otra práctica de turismo activo muy tentadora: el parapente. Zonas como El Toro o Son Bou son óptimas para volar sobre el mar, especialmente a la hora mágica del atardecer. Una experiencia que, ademmás, es absolutamente respetuosa con el medio ambiente con parapentes biplaza. Una ocasión para admirar el paisaje menorquín a vista de pájaro.

Más información: https://www.menorca.es/es/Parapente/8994